Life in Technicolor





Mi conciencia empieza a mezclarme sueños con realidad. Mi cuerpo va tomando constancia de su ser. Noto que tengo cuerpo. Noto que estoy en la cama. Abro los ojos, poco a poco. Veo el blanco del techo que me cobija. Siento mi cuerpo relajado. Inspiro todo el aire de la habitación y me levanto de un salto ágil. Me froto los ojos y bostezo a la par. Salgo de la habitación. Abro las cortinas de par en par y me asomo al balcón. La luz es vigorizante, la mañana es fresca y soleada. La gente espera en la parada a un bus que tiene que llegar. Me dirijo al cuarto de baño. Me miro en el espejo, saco la lengua. Me lavo la cara y me mojo el pelo. El frescor de las gotas recorren mi cuello, las dejo, no me las seco. Tomo la ropa que dejé en el sofá. Me coloco los pantalones cortos y dejo la camiseta para después. Me calzo las chanclas y a la cocina. Abro el frigo y me planto allí en busca de una manzana verde. Mientras mastico el carnoso ácido, miro qué hace falta. Me pongo la camiseta. Cojo las llaves. Salgo a las escaleras. "Hola Pilar!, bien todo?, me alegro" Abro el portal y me encuentro paseando por la calle. Hay poca gente en ella. La vecina pasea a su perro, que trota de una manera muy graciosa, como disfrutando de una brisa particular. Paso tres tiendas de zapatos, bolsos y gafas respectivamente. Llego a la panadería. Hay un señor con sombrero que está pidiendo una barra de pan. Yo espero sonriente mi turno. Analizo el escaparate de dulces. Compro pan, croissants y café. Salgo, una mujer muy amable me abre la puerta para que salga sin problemas mientras me sostiene una sonrisa enorme, con unos ojos tan abiertos como la boca. La gente, los coches, van apareciendo levitando por la calle. Hay una atmósfera diferente. Vuelvo de retorno al piso. Me paro frente a la puerta y busco con una mano en mi bolsillo las llaves que antes guardé. Las saco. Hago malabarismos con la bolsa al abrir la puerta. Empujo con el pie y estoy dentro. Dejo el ascensor a mi izquierda y subo tranquilamente la escalera. Pellizco un trozo de pan y me lo llevo a la boca. Vuelvo a hacer malabares para abrir la puerta de casa. Cierro la puerta tras de mí. Entro en la cocina. Dejo las bolsas, y vuelvo a abrir el frigo. Saco las cosas que me interesan. La cafetera comienza a funcionar. El piso huele a café. La tostadora lanza como a una acróbata rusa las tostadas al cielo. Esprimo 6 naranjas que me regalan un precioso zumo, que completo parcialmente con un poco de azúcar. Voy colocando las cosas sobre la bandeja. Compruebo que todo esté correcto. La cojo. Vuelvo al cuarto. Dejo la bandeja sobre la mesita. Me acerco a la cama. Me acerco al cuerpo azabache. La miro antes de besarla. "Buenos días, princesa, el desayuno está listo", y la beso en el cuello mientras me sonríe con los ojos aún cerrados y el cuerpo desnudo.

"Dos meses", Destinatario:.....


Siempre pensé que nuestras vidas estaban estructuradas en "paquetes de tiempo". Los paquetes pueden ser de años, meses, días o minutos, pero cada paquete supone los diferentes puntos de inflexión que hacen de la vida esa montaña rusa. En la construcción de estos paquetes intervienen infinidad de factores, los cuales marcan de distinta manera a sus destinatarios. Todo el mundo sabe, puede sentir, que lo que estaba almacenado en un paquete comienza a desaparecer y que muy pronto recibirá uno nuevo, cargado de cosas que desconocemos...y permanecemos a la espera, resignados ante lo próximo que ha de venir...

Hoy se ha ido, para regresar a su país, una gran amiga, una de esas personas que sabes que dejan su impronta de algún modo en ti. Un viaje de este estilo supone un enorme paquete, tan grande, que asusta tener que abrirlo. La imagino sobrevolando los cielos, mirando a través de la ventanilla y reorganizando recuerdos, preparándose ante lo que inevitablemente ha de venir...Son momentos tan especiales...te sientes, hablo desde mi humilde opinión, vivo, a pesar de no saber muy bien hacía donde se dirige el río. Al fin y al cabo, somos un continuo cambio...y la vida nos moldea...incluso podemos moldear nosotros a la vida...Yo quiero que la gente deje un esbozo de su bondad impresa en mí.

Son estos momentos los que me dicen que en la vida no estamos para sufrir, sino para completarnos, para vivirla, para saborearla, para aprender...para sentirnos feliz, alejarnos del odio y esprimir la esencia de todo.

Quería hablar de muchas cosas...sobre el dia de la música de heineken, mi cumpleaños, el fin de curso...pero definitivamente creo que esto era más importante...hay que remarcar aquello que te hace ver lo bello que es vivir.

Humedad

Se dispone a fregar los platos; mientras, él recoge la mesa. Llena el baño, pone el lavavajillas...lo prepara todo y se coloca. Con el primer plato en la mano, él se acerca cual felino, por detrás, y le recoge el pelo hacia un lado. Nota que su cuello quedó al descubierto. Él se acerca más, tanto, que el aire tiene que bordearlos para cruzar la habitación. Se pega a ella cuerpo con cuerpo, a propósito. Lo hace para que note su sexo. Y ella lo nota...y se pone nerviosa. El plato sigue sin fregarse. Desliza las manos sobre los brazos de ella y se sumergen juntos en el agua jabonosa. Él respira muy cerca de su oreja. De vez en cuando, la respiración roza graciosamente su cuello. Sabe muy bien lo que quiere. Le gusta que lo quiera. Deja que lo haga. La tibieza del agua comienza a desaparecer para dejar paso a un agua más fría, cuando la comparas con la temperatura de sus cuerpos. La mano mojada de él sube hasta el cuello, donde se desliza con facilidad por el jabón. Algunos pelos quedan pegados a la piel por el agua. La húmeda mano baja hacia los pechos cubiertos por la fina y suave tela. Deja escapar un pequeño esbozo de placer. Lo hace para excitarle más...para excitarse más ella misma...Él surca los mares de su cuerpo. La ropa acaba empapada, pegada a la silueta de la mujer. Él le sube el vestido, sólo para poder bajarle las bragas...y la humedad roza...acaricia...besa...a la humedad.

Desgranando Secciones Cerebrales: Relatividad Espacio-Tiempo


Ya dije que llegué en la última etapa del curso. Consecuencias de tal período: este post. Los chavales están estudiando para los respectivos exámenes, la materia está impartida y recuerdo el estrés de estos momentos.

También comenté que vivo a 20 minutos del centro. Éste es el punto principal de mi "Desgranando Secciones Cerebrales" de hoy. El título del mismo puede llevar a confusión, pues no tocará el aspecto físico del tema (ya que mi domino en materia se puede catalogar como...nulo...sería lo más correcto). Espero que cuando Dr Flasche me lleve por la boquería de Barcelona (tomé nota de tu palabra) me aleccione sobre dicho campo, al menos lo justo para defenderme.

Lo que quería divagar (que es lo único que hago) es: ¿qué maldito impulso nervioso hace que cuando más posibilidades de llegar a tiempo tenemos, más tarde lo hacemos? Hoy llegué justito justito. Apuré demasiado. El exceso de confianza que suele decirse. ¿Por qué razón? Mis pensamientos suelen ser muy superficiales, se quedan flotando en la realidad de la cuestión...no me importa. No quiero resolver nada, porque no creo que pueda hacerlo en cualquier caso. Sólo lanzo las preguntas. Esto me corroe,...el "bah, tengo tiempo"...no sé si es parte de nuestra cultura o es un comportamiento universal. Conviene saberlo, puesto que así atajaríamos mejor el asunto. Nos pasa con todo: citas, exámenes, proyectos...todo, el corre corre de último momento. Fallamos en la programación. No programamos correctamente. Mejor dicho, hablo por mí, no programo correctamente. Así me va....¡de lujo!

¿Fruterías por Atocha?

Tengo casa. Por fin. Hecho nada desdeñable, ya que me he pasado unos cuantos meses dando vueltas de un lado para otro y siendo un parásito hogareño. Me quedo el mes de junio. Julio es un mes de vuelta a mi tierra. Sustituiré el ajetreo de personas desconocidas por el ritmo adormilado de gente de toda la vida...Ahora vivo en Atocha, un lujo para ir al trabajo, 20 minutos y estoy allí (lo que para la gente perspicaz supone dormir más). Queda nada para acabar el curso y llego en el último momento. Contento y tranquilo. Sin prisas, ya está jugada la carrera; sabiendo que el año que viene podré instalarme desde el principio en un sitio sin tener miedo a no poder pagar el alquiler por falta de fondos económicos.
Siento que ha ocurrido un giro en mí. Estoy más tranquilo y voy dejando que las cosas vayan cogiendo su propia inercia, sin forzar nada. Hago lo que me apetece cuando puedo hacerlo, y si no, no pasa nada, ya podré. Mi miro al espejo y estoy tranquilo...y cuando lo hago, aún así, no dejo de pensar que todo se puede mejorar...estar mejor de lo que estoy, tener menos de unas cosas, tener más de otras...Soy normal, me gusta ser normal, y aún así, me gustaría ser especial...¿le hecho la culpa a la sociedad por ello? ¿soy yo el culpable? ¿lo es mi infancia y me siento frustrado? No creo, sólo quiero ser un poco mejor para ti...para que me desees sí o sí, te mueras por mis huesos y "te enloquezcan mis carnes", como dice Buika. ¿Existes o no? No lo sé, no sé bien quién soy...me contradigo constantemente..."el perro del Hortelano" me han llamado alguna vez. Seguramente sea verdad...pero aún así, me sigo considerando "una ganga", me vendo al mejor postor...siempre que sea mujer claro...pero ahora que miro, ¡si no tengo puesto el cartel de venta! Tengo que ponerme las zapatillas, salir a la calle y fijarme en las fruterías. Las fruterías siempre te saben vender el producto, te lo ponen ahí fuera, todo ordenado y de colores y con una cartulina donde marca el precio bien grande...que puede ser caro, pero lo ves así y crees que es un ofertón...Las cosas eran más sencillas antes. Te casabas y punto. No había cuestión, "con una por y para siempre"...tampoco quiero eso, pero...no me vendo....tengo que salir a ver fruterías.

Catpeople, Sunday Drivers y yo sin casa

Ahora, mi vida es un continuo cúmulo de cambios, es así. No tengo casa, y empiezo a trabajar el lunes, ¿cuánto tiempo?, esa es mucha información por lo que se ve...no lo sé. Durante este finde no quiero pensar en nada, como suelo hacer últimamente, por lo que no me apetece mirar un hostal...ya me las arreglaré. Como a todos nos pasa (espero), por mi mente transcurre una banda sonora que me va acompañando según van pasando los días. Ya os hablé de Nneka o de Vetusta Morla, y como un punto nuevo en esta gráfica de semejanza a una montaña rusa que parecen ser estos días, me acojo a un par de grupos, que hasta hace poco sólo eran conocidos, Catpeople y Sunday Drivers. A los segundos los conocía más, sobre todo gracias a "Cuestión de sexo", a los primero...nada, como quien dice.

Terminé hace muy poquito en un instituto, ahora me toca comenzar en otro, y en este hiato de tiempo, me vine a Salamanca, a mi querida Salamanca, a la que tanto quise. Coincide con el Festival de las Artes de Castilla y León; lo que significa, muchos conciertos y espectáculos, entre ellos los de ayer. Lógicamente, ya os habeis dando cuenta de que los grupos de ayer son los mismos que he mencionado antes.


La luz rojiza, la silueta de los cantantes tras los focos, la vibración en el cuerpo por las ondas sonoras, la gente metida en la canción bailando en sus mundos mentales musicales, la plaza Mayor de escenario...no podía ser de otra forma que aquí plantase mi nuevo punto en la gráfica.


Espero que la música os acompañe como a mí, por eso os dejo a dichos grupos. Que os vaya bonito, que la música de vuestra propia banda sonora personal contenga algunas de las canciones que tocan.










1. Rainbows of Colours


2. She


3. Do It


4. Paranoid


5. Life Is


6. Little Chat


7. Sing When You're Happy


8. Day In Day Out


9. Better If I


10. Goodbye










1. Pretty Things


2. Everyone Can Tell You


3. Radio


4. Party People


5. Behind


6. Mexican Life


7. Alone


8. Next Hours


9. Get Up


10. Tanya Is In My Bed


11. Myst

La guerra de sexos

¿Es nuestro destino que no nos comprendamos los unos a los otros? Si es difícil compaginar las mentes entre personas distintas...¿cómo haremos para que dos personas distintas, que además son de sexo opuesto, puedan complementarse sin guerra de por medio? Definitivamente, nuestros cerebros son diferentes, mucho más de lo que lo son nuestros cuerpos. No tengo interés por discernir las diferencias existentes entre nosotros, pero sí remarcar que las diferencias existieron siempre y siempre seguirán existiendo.
Mueve, sin duda, gran parte de mi energía en general (puesto que el cerebro consume el 80% de ella) pensar en el sexo opuesto. Es mi debilidad y mi razón de ser...y si algo he descubierto, es que contemplar me parece precioso, pero desear...es más complicado. La atracción me la rescatan las miradas, la complicidad, pero sobre todo...lo difícil. Me atrae lo difícil, y así me va...

Es como pedirse algo que ya tiene azúcar, mucha azúcar...lo que equivaldría en este símil a una relación sin más, que es complicada de por sí...y luego voy yo y pido que me pasen el azúcar, porque me gusta más. Mis papilas gustativas se sacian con el primer bocado, lo absorbo con un deleite indescriptible...pero claro...es demasiada azúcar...¿cómo llevarlo todo por buen puerto? Direis, "rebájalo con agua"...interesante respuesta, pero no sé hacerlo, de dónde tengo que sacar el agua. Si en algún momento, alguno de vosotros, llega a comprender la esencia del otro sexo, le pido que me lo explique.

Es divertido jugar a la presa y el cazador, el flirteo, necesario diría yo...pero, ¿en qué momento, el juego pasa a ser algo real? ¿De verdad pueden cazador y presa convivir juntos? Bueno, espero que sí. Me gustaría entender lo que ocurre en las mentes femeninas, pero es que, si me paro a pensar, también me gustaría saber lo que pasa en mi mente...

Al final, creo que lo único que queda es saber amar, a pesar de los pesares, a pesar de todas las diosas de ébano o marfil que andan por la calle, a pesar de la incompatibilidad en muchos aspectos cotidianos o a pesar de no comprender por qué se comportan de una manera u otra...Pero claro, para eso hay que ser adultos, y ¿cómo podemos ser adultos en la época en la que vivimos, donde madurar significa trabajar pero no crecimiento personal?


Por favor, si teneis aunque sea alguna sugerencia a las preguntas que se lanzan, serán bien recibidas.

Desgranando secciones cerebrales: Ladrón

Hoy me siento ladrón. Por un lado estoy escuchando "Life is Jazz" que le robé a Daria, al igual que el piso y el ordenador sobre el que estoy escribiendo (aunque, con todo esto, suena más a parásito que a ladrón). También robé una idea por ahí, el oxígeno de mi compañía en el ascensor y tres o cuatro miradas furtivas. He robado además sueños pasados, para intentar tirarlos por el retrete...pero los malditos flotan...

Hablando de robar, justo ayer, de camino a la Feria del Libro, un señor pilló a unas carteristas en plena acción. Mi brazo quiso interponerse en la trayectoria que trazaban las mismas. Lo hizo, pero no bastó para pararlas, así que al final se quedaron lanzando "improperios" (me encanta la palabra) desde fuera del vagón. Me jode enormemente tener que desconfiar de las personas, pero muchas veces te obligan a ello. El señor "Hurtado" (un mal juego de palabras) era un hombre argentino que justo el mismo día volvía a su país...suerte que las "manos finas" fueron pilladas a tiempo. En fin, menuda putada hubiera sido si se hubiese quedado en tierra por culpa de 20 o 30 euros, que es lo que tenía en la cartera.

Por otra parte, durante mi silencio blogueril, me he llenado de optimismo a nivel profesional, que no es poco. No tengo dudas, me encanta dar clases, aunque acabe afónico y odiando a los niños (mentira, los quiero más que nunca). Creo en la Educación con mayúsculas, como base de absolutamente todo. Lo creo tan firmemente que, en mi opinión, es la única solución para que el mundo no acabe destruyéndose a sí mismo. La verdadera educación evita conflictos, guerras y prepara al pueblo para no ser engañado o manipulado, prepara a los agricultores, limpiadores, abogados, filósofos, polícias, carniceros...a ser ante todo verdaderos humanos. Creo, no con total seguridad pues habría que reestructurarlo todo, en la re-educación de los presos y en la re-educación de nuestra cultura, cuya escala de valores suele dañar más que sanar. Es por ello que me pregunto si los ladrones van a existir siempre, incluso si alcanzásemos el nivel máximo de educación ciudadana...