A palabras necias, dolor de oídos

Sigo en paro. Las listas tienden a sufrir una pereza gigantesca en tiempos de crisis (sigo pensando que la crisis es para los que la sufren, no para los que hablan de ella). Lo paradógico del asunto es que "parado" quiere decir "quieto", ¿no? (corríjame si me equivoco Dr. Flasche si me equivoco), al menos en nuestro entendimiento cotidiano. Bien, pues yo "no paro" de hacer cosas y es lo que, en cierto modo, también me aleja de escribir con mayor asiduidad...o al menos con algo de asiduidad. Han pasado muchas cosas en el mundo desde la última vez que escribí. De hecho también pasaron muchas cosas en mi vida, supongo. Y yo sigo escuchando las mismas frases en la calle. Frases que hacen que explote en mí una rabia fiera por tanta ignorancia social. Frases como "a los funcionarios os pagamos el sueldo" (que en otro momento me gustaría analizar) o como "los chinos para China" entran en mis oídos dando, literalmente, hostias a mi moral (o lo que sea que tenga ahí dentro). Voy a intentar no agobiarme por lo incorregible de la sociedad y darle un toque distinto a mi punto de vista. Por ejemplo, mi argumento para defender la presencia de chinos en España será a la par racista y de melosa esperanza. Porque, a ver, yo me pregunto si alguna vez se ha cuantificado el coeficiente de unión entre parejas obtenido gracias a la comida china. Me explico, toda pareja ávida de pasión y amor mutuo sabe que dedicar tiempo a la cocción de alimentos resta posibilidades conyugales (si queremos terminar comiendo de verdad). ¿Quién no ha llamado a un chino para saciar el hambre cuando estamos saciando la sexualidad? Los chinos permiten que las parejas se amen más, es una regla de tres sencilla. Los chinos salvan relaciones. Y es que cuando hay hambre no existe el amor, y para eso están ellos ahí; para que eso no ocurra, para que el amor nunca decaiga.
En fin, esto no es más que un canto satírico a las voces que se escuchan en el bus de vez en cuando. Desde mi punto de vista, deberíamos conocer un poco mejor a otras naciones para poder opinar de ellas. Sobre todo de China, que no sólo es grande en dimensión, cultura e historia, sino que además se convertirá con bastante probabilidad en la cabeza económica mundial. Y como dijo Luis Tosar interpretando a Costa en "Y también la lluvia": "...pues con dinero, que es como se soluciona todo, ¿no?"...China empezará a conocerse mejor, con dinero.