Absurdo, pero real


Hoy quisiera escribir a partir de un diálogo totalmente absurdo que guarda mucho, mucho, pero que mucho; y que nadie podría llegar a entender si no conociera el contexto.


Persona X: "Persona Y, parece que hoy llueve seguro, ¿no?"

Persona Y: ".....Cómete una gamba"


Aclarar en primera instancia, que la persona X, al mismo tiempo que suelta la frase, hace un gesto de empinar el codo. Estas dos frases esconden una realidad social, un contexto, sentimientos, una vida completa...Existe, además, un personaje Z, fuera de la conversación pero al que sin duda se hace referencia. Los personajes Z e Y son un matrimonio desde hace muchos años. El personaje Z, alcohólico empedernido, presenta como hobby apalear a su cerebro a base de una ingesta continua de líquido V (y aquí aclaramos: vino); y pasa las horas analizando y criticando cada movimiento, gesto u opinión del personaje Y. Éste último vive en una resignación constante frente a la actitud del personaje Z, y no tiene nada más que decir que "cómete una gamba" (tras unos segundos pensando sobré qué iba a responder). Deja que "llueva" si ha de "llover", yo sólo quiero "mi gamba", cerrar los ojos, los oídos y la boca. Y es que cuando el cura pregutnaba eso de lo de "...en la salud y en la ENFERMEDAD, en la riqueza y en la POBREZA hasta que la MUERTE os separe?", pues quedaba grabado a fuego en la mentalidad pueblerina. Así que la única solución para que la tortura acabe es la muerte. Mientras tanto, yo, me como la gamba.

un, dos,...tres

Antiguamente decían que el corazón suponía el lugar de residencia del espíritu, de ahí que tengamos imágenes de Jesús abriendo su corazón, mostrando su verdadero yo. De este modo encontramos expresiones como "abrir el corazón a alguien" o "con el corazón en la mano". Si esto es así, ahora mismo yo podría decir sin lugar a dudas, que "tengo el corazón partido". Contrariamente a lo que la gente puede llegar a suponer, mi corazón no está partido por la falta de una amor no correspondido, sino todo lo contrario. Amo a dos mujeres a la vez. Algunos me califican de cabrón y otros realzan la suerte que tengo...pero ninguno tiene idea del sufrimiento que padezco. Ambas me aportan trocitos de alma que se complementan con mi ser. Una me da la paz que tanto busqué, que tanto anhelé. La otra me regala una pasión que había olvidado en mis tiempos de veinteañero. No soy capaz de renunciar a ninguna, y sin embargo tengo que hacerlo. Me agobia la idea de elegir porque sé que perderé parte de mi alma, pero ninguna se merece lo que les estoy haciendo. Si el amor es sufrimiento, y al estar enamorado no se come, no se duerme y sólo se piensa en la persona amada, entonces ahora mismo yo sufro el coble, duermo la mitad y no como nada. Me encuentro aferrado a una situación que me va a matar poco a poco, pero, a pesar de todo, no quiero dejarla ir. ¿Quién me puede comprender? ¿Quién me puede decir qué hacer? Haga lo que haga, perderé a mi amada...Siento el corazón oprimido, sin oxígeno. De pequeño me enseñaron a amar sólo a una pesona, y por eso mi cerebro y mi corazón no se entienden, no se comprenden...Hoy en día, dicen que el alma reside en el cerebro, si esto es así, tengo el cerebro partido...