Recuerdos de verano

La luz mortecina de un anuncio insomne entra por la ventana, jugando con las sombras de la habitación. Cada calada es un sorbo a la vida, en esencia y tiempo. Contempla sentado en el sillón el cuerpo fino y recogido de una amante apasionada, que yace dormida entre las sábanas. Hace mucho tiempo que se enganchó a esta droga...
Mucho antes, se regocijaba en las figuras bidimensionales de una revista prohibida, o en los volúmenes sin textura de una cinta de video. Queda eso tan atrás, que los recuerdos son vagos, inexistentes o han sido sustituidos por unos nuevos. Todo era artificial. Todo, salvo la primera vez que contempló un pecho ajeno a la familia. "Fue magistral" - rememora en la habitación. Los segundos que trascurrieron en ese momento pasaron a la eternidad en su memoria, hasta que muchos años más tarde, el alzheimer arrebataría sin piedad ni permiso. Aquel dia fue a comprar, como muchas otras veces, esos sobres de futbolistas del momento. Le tocó esperar para poder pagar. Y fue entonces cuando ocurrió. La mujer, bella tan solo por ese gesto, se inclinó hacia el mostrador. "Maravillosa idea la de las ropas holgadas", quiso pensar el joven. Su blusa sin mangas se avalanzó al espacio, y dejó un caritativo hueco por donde su pecho se podía no ver, sino contemplar. Su pulso se aceleró y con el miedo de ser pillado in fraganti, lanzaba miradas furtivas para saborear lo más bonito y atrayente que había visto jamás. La luz, era brillante, su piel morena, lisa, eléctrica...su pechos eran perfectos...Todos los presentes fueron espectadores ciegos de tal acontecimiento, incluso la protagonista ignoró que lo hubiese sido...pero para él, la realidad tomó forma durante los segundos más largos de su vida...y nunca más pudo separarse de su nueva droga, buscando hasta hoy la luminosidad de un pecho como aquél.