Vuelvo a ti

Me he llevado el olor de tu piel conmigo, en mis dedos. Recurro a ellos para evocar tu imagen, para recordar con lo que tantas veces me desperté en la noche. Olores perfumados, intensos, que me envuelven en un ambiente selvático, húmedo, ancestral. Siento volver a mis orígenes, donde todo comenzó, donde todo debería acabar. En tu imagen me estás mirando. No me mires así, me trastorna. Me ahoga en la locura de un deseo actualmente inalcanzable. Tus ojos me hablan y yo no puedo responderles. Ya comienzo a restar las horas que me quedan para verte de nuevo.

"Quédate conmigo, no te vayas", frases que retumban de nuevo en mi cabeza, una y otra vez, rebotando de un lado a otro entre las paredes de mi cráneo. Constantemente me alejo mentalmente de lo que me rodea, para poder visitarte. Recurro a mis dedos, al aroma de tu piel impregnado en ellos.


Tras unos minutos, vuelvo con oxígeno nuevo a la atmósfera que me rodea cuando tú no estás y de la que tantas veces huyo para volver a ti. Retomo lo que estaba haciendo, justo antes de aspirar parte de tu alma, de tu aire, y vuelvo así a sumergirme en la realidad en la que vivo. Tu esencia penetra en mi, a través de los sentidos; pero te saboreo en mi incosciente, con los ojos cerrados, con los sentidos apagados, para que no se me escape nada de ti, para llenarme de nuevo, para volver a ti...

"Kenia! Kenia! Kenia!"

Apareció sin más. mirando a la gran sala; parecía asustada. Era menuda y, sin embargo, en ella se podía ver toda una fuerza indescriptible: un pasado impactante y una lucha constante. Me sentí maravillado al verla entrar, despertándome de una larga noche de insomnio deseado. Un cinto anaranjado, del mismo color de su vestido, cubría sus rizos azabaches, de esos que sólo se pueden ver en aquellos que nacieron en nuestra África más indómita. Surgió de detrás del muro, ella sola, mirando a un auditorio que la desconocía, el mismo día en el que más tarde haría su exposición.

A la hora de su presentación la calificaron fundamentalmente de "mujer vital, rebosante de energía". Su nombre: Mrs. Isabella I. Mbai, directora y profesora del Departamento de las Ciencias de Enfermería, en la Escuela de Medicina de la Universidad de Moi (Eldoret, Kenia). Su semblante rebosaba tranquilidad. Su discurso nos sorprendió a todos. Nos hizo a levantarnos a todos y liberar una vitalidad humanista: "el brazo hacia arriba, hacia un lado, hacia el otro...ahora bailamos así" (y simuló hacer una pequeña danza africana)..."gritad todos juntos: Kenia! Kenia! Kenia!"...(empezó a reir)..."un aplauso para todos ustedes, muchas gracias por su energía!". El auditorio, estupefacto, despertó con una sonrisa brillante de su letargo. Sin duda nos demostró la vitalidad necesaria para la cooperación al desarrollo. Lo que llegó después en su conferencia vino a ser las mismas necesidades que podíamos observar en los demás países africanos que acudieron al Encuentro. No sería justo destacar la suya, porque todas son realmente importantes. Lo que sin duda cabe remarcar es lo tremendamente necesario de mujeres como Isabelle en este mundo dicotómico tan deshumanizado y humanizado a la vez.



Desgranando secciones cerebrales (2ªparte)

En esta segunda parte de "Desgranando secciones cerebrales" he preferido dejar mi blog en papel a un lado y escribir sin más en el ordenador, volver a retomar esta costumbre para soltar todo aquello, que aunque resulte desordenado y caótico, va saliendo directamente de un estómago que reza por no llegar a tener una úlcera.


Se habla mucho de la crisis (frase que curiosamente se repite indefinidamente en los blogs últimamente), de hecho, una que particularmente me ha gustado es la de mi compañero bloguero y al cual os remito visitar Dr. Flasche. Yo he evitad mencionarla, hasta ahora.




No sé si todo es parte de una conspiración, como ácidamente aporta Dr. Flasche, pero sin duda creo que es la misma historia de siempre, en diferentes contextos y en diferentes vías. Un pequeño grupo reducido de personas consiguen siempre ejercer su opinión por encima de cualquier control gubernamental y, por supuesto, en beneficio de ellos mismos. "El neoliberalismo ha fracasado" dicen, ¿seguro? en fin, los que pierden sus puestos sin importantes indemnizaciones no son precisamentes los que abogaban por un mercado libre de la regulación estatal. Claro que desean que el propio mercado sea el que se regule, ¡¡porque ellos no van a sufrir nunca!! No les importa que para que se vuelva al status quo caiga la estabilidad tanto de la clase media europea como las nuevas sociedades emergentes, por ejemplo. Ellos siempre ganarán dinero, siempre tendrán poder, aunque todo se vaya al garete, y lo peor de todo es que siempre conseguirán una forma para que sea el propio estado el que los proteja. Creo, sin lugar a dudas, que con tantos años de historia a las espaldas, han conseguido encontrar la mejor forma de lucrarse si o si, a costa de los posibles prejuicios del resto de la población sin que, además, se vean afectados por una creciente cólera de la masa que los arrebate de su posición.




Tú eres un obrero, y gracias a ti, el edificio que estais construyendo se cae y no creo que te den ni las buenas noches. Tú llevas la mayor empresa de seguros de los EEUU y la llevas a la quiebra total con despidos multitudinarios y te darán como indemnización, para que no te deprimas, la friolera cantidad de, aproximadamente, 80 millones de euros. Claro, es lógico, ¿verdad?




Mientras la gente está preocupada de cómo va a hacer frente a todas las deudas, letras, hipotecas, etc, no podrán estar preocupándose de ¿quién y qué carajo me ha llevado a esta situación?




Todo está tan complejamente bien estructurado que me da miedo, tan cojonudamente bien maquillado que es una auténtica mierda, no para quien lo ha conseguido claro, si no para el que no tiene más remedio que vivir para su sociedad y no obtener ninguna recompensa a cambio. Supuestamente tenemos derechos y deberes, de los segundos no nos libra ni dios (o Dios), de los primeros...eso de mirar para otro lado suele ser frecuente. En fin, no sigo que parece que me estoy cabreando más que desahogándome.




PD: supongo que estaré unos días sin escribir, puesto que estaré en el Encuentro Iberoafricano de Cooperación Interuniversitaria (sólo como oyente, ya me gustaría participar a mí). En cualquier caso os echaré de menos!!

Tiritas emocionales


Si bien mostraba siempre una impasibilidad sorprendente, su corazón estaba siempre plagado de grietas...


Mis ojos siguen estando en ti, devuélvemelos. No puedo, o no soy capaz, de decirte (quizás es lo mejor) que desde que te conocí no ha habido nadie igual. No puedo ni siquiera insinuar que busco en otras personas lo que descubrí en ti y que en realidad me siento vacío cuando no lo encuentro. No quiero rebajarme (maldito orgullo) y decirte que, una parte de mí, te sigue queriendo tanto como el primer día. Sentimiento inconfesable el que guardo. ¿Doy pena, verdad? No puedo si quiera imaginarme una vida contigo, y tampoco la veo sin alguien como tú. Todas estas contradicciones van a acabar por fundir algún cableado neuronal, así que creo que no saldré con nadie más. Me escucho y me descojono en mi propia cara, menuda gilipollez la que adabo de soltar. No podemos evitar vivir en el deseado sufrimiento del amor. He intentado borrar los recuerdos en la piel de otras personas. No pude. No se puede eliminar ese recuerdo grabado, incapaz de aceptar un fracaso de un historia que no debería haber acabado así. De este modo, veo desde aquí, que la vida pasa y yo sigo guardando, aferrado a ella, tu fotografía , siendo incapaz de hacerla desaparecer. Me golpeaste tan fuerte, en todos los sentidos, que mi triste alma solitaria busca un amor imposible, dañada para siempre...

Desgranando secciones cerebrales (1ª parte)

Escuchando a Cibelle en su Green Grass, me asalta la melncolía de algo que nunca sucedió. Se encuentra dentro de mí, guardado en una pequeña jaula invisible en un punto que se escapa de mi anatomía...Anhelo una libertad que ahora no tengo. Uno es libre cuando se despoja de todo aquello que lo acompaña. No quiero llegar a tanto, pero de lo que no hay dudas es que estoy muy lejos de eso también. Dicen que tengo ojos de árabe, yo creo que es la mirda marcada por esa nostalgia de lo imposible. De mi boca quieren escapar vocablos del sentimiento, que resultan incoherentes, y que, como no les encuentro compañeros, tengo que cerrar mi boca para que no se pierdan en vano. Envidio a todos esos artistas que son capaces de expresar lo que sienten o lo que llegan a encontrar cuando buscan en sus sentimientos, en su ser, y plasmarlo con toda nitidez en lienzos, partituras, películas, fotografías, etc: nuestra alma hecha realidad. Me veo en el espejo y me cuesta saber quién soy, qué quiero. Siempre parece que elijo el camino complicado, el complejo y con más perspectiva abrupta. Sin embargo, lo que deseo e sla simplicidad, y no la encuentro. Quizás sea más bien que, aunque todo me indique con grandes señales luminosas qué camino es el más asequible, yo acabo escogiendo el otro, el que no tiene iluminación, ni asfalto ni nada que me acomode el trayecto. Siempre pensé que lo complicado reporta ventajas al final del viaje. Lo sigo pensando, pero mis pies están lelnos de llagas, mi cuerpo tiene sed, me siento totalmente fatigado y no me veo con fuerzas para escoger otra vez el camino de la amargura.

La cocinera

Tararea una canción mientras prepara algo para comer. El sol entra justo por la ventan de la izquierda e incide a modo de foco sobre el esbelto cuello de su figura. Es la protagonista. Yo la observo a su espalda. Es preciosa. Sigue en su mundo con una canción grabada en su mente y una feliz sonrisa en su interior. Sonrisa que emerge a la superficie al sentir que la rodeo entre mis brazos y pego mis labios a su cuello. Suelta el cuchillo y me acaricia la cara sin volverse. Nos balanceamos como en un barco... ffffffffu hacia la izquierda fffffffu hacia la derecha....deja caer su cabeza, para que la bese mejor. Desde atrás, le desabrocho dos botones, los suficientes para poder dejar al descubierto uno de sus hombros. Se muerde el labio. Lo puedo ver porqueha girado su cabeza con los ojos cerrados. Le levanto la camisa desde abajo, sin quitársela. Su columna es el precioso camino renacentista que merece mucho más que ser besado...he viajado por tu espalda y he llegado de vuelta al cuello. Mis grandes manos lo masajean. Contrasta la tensión con la suavidad. Siento que te deshaces, justo como me pasó a mí al verte desde la puerta, con tu canción tarareada, con tu pelo recogido, con tu figura casi insultante. Creo que hoy comeremos más tarde...

Closed

Tienes el cartel de "cerrado". He llegado tarde, o temprano, la verdad es que lo sé muy bien. Yo sigo golpeando la puerta de cristal con mis nudillos, para que sepas que estoy ahí, y que, para mi fortuna, gires el cartelito del rojo al verde "abierto". Te percatas de mi presencia, me sonries muy cálidamente...pero está cerrado; sólo puedes hacerme un pequeño gesto encogiendo los hombres y expresando un "lo siento" en tu rostro. Me encantaría poder conocer lo que hay detrás del cristal, pero no sé qué hacer. Si llego a esperar, y resulta que está cerrado, es posible que me congele por el frio que hace aquí fuera. Está claro que no es mi hora, pero ¿lo será dentro de poco o ya pasó mi oportunidad para entrar? Me muerdo la uña del dedo pulgar, con cierto nerviosismo, elucubrando una manera de llegar a entrar. Sólo me separa un cristal...¿y si lo rompiese con una de estas piedras que me acompañan por el camino? Es posible, entonces, que te haga daño con los pequeños cristales que salgan proyectados...¿qué puedo hacer? En realidad sólo contemplo dos opciones que me están matando: (1) seguir por la calle y perder la oportunidad de entrar en la tienda (si es que existe alguna) y (2) esperar y morir congelado (porque la verdad es que no me traje demasiado abrigo). En la desesperación de quien ve en las dos opciones las mismas ventajas que incovenientes, me quedo rígido, inmóvil, sin saber qué hacer, y mirando fíjamente lo único que realmente me ha quedado claro: el cartel de "cerrado".

Cita reversa

Quiero cargar el ambiente de tu cuarto, perderme en la infinitud de tu piel, hacerte que sudes y nos quedemos pegados. Nuestras bocas no dejarán de separarse y el aire asfixiado que salga de nosotros será parte del carbón que siga alimentando el fuego que ya estalló. Muérdeme. Déjame que te muerda. Quiero sentirte toda entera junto a mí, saber que te puedo abrazar desde el cuello infernal hasta la cadera sublime. Rompe el silencio mientras mi lengua comprueba el sabor de tu cuerpo. Deja que el aire se rasgue por una pasión incontrolable. Grita, gime. susurra, exhala, mira, cierra los ojos, humedécete los labios...

Quiero cargar el ambiente de tu cuarto, quitarte muy poco a poco la ropa, disfrutarte en capítulos de finales adictivos. Ir descubriendo la suavidad de una piel de una piel de melocotón, los secretos de unos labios pecaminosos, el misterio de tu oreja, la perdición de tu tripa, el desasosiego de tu cadera...

Quiero cargar el ambiente de tu cuarto. Mirarte tras el efecto luminoso de la única vela que nos ilumina. Observarte saborear el palto. Quiero verte sonreir. Quiero oirte. Quiero cenar contigo, para conocerte, poco a poco, desde el principio. Quiero que me invites a cenar y que yo sea tu cocinero. Quiero cargar el ambiente de tu cuarto...

Sopa de letras

Hoy me ha pasado algo curioso. En el desayuno, cuando descargaba la cuchara llena de cereales en mi amplia boca, después sacaba un cúmulo de letras incoherentes que al caer sobre la leche acababan pareciéndose a una sopa de letras. He estado un rato cuestionándome por qué podría ser. Llegué a la conclusión en el momento del día en el que comienzo a ser una persona viva. No hay lugar a dudas. Es ese cúmulo de ideas que revolotean como murciélagos en la cueva oscura de mi ser. Todas ahí agolpadas, inconexas, boca abajo y huyendo de la luz del día. El problema es que esta vez hubo overbooking, y como durante algunos días no hubo un balance de pérdidas y ganancias correcto, acabó todo saliendo a borbotones por mi boca a primera hora de la jornada. Esto tenía que pasar. Ya lo venía venir. Hace algún tiempo que mis ideas están ahí, todas juntas, porque pensar no he dejado de pensar. Sin embargo, en el sistema "ideanciero" algo fallaba y es que el producto no veía la luz. Cuando esto ocurre, sólo se puede esperar un crack como el que ocurrió esta mañana. Pero bueno, al menos ahora tengo un desorden de letras fuera de mi mente. Lo que toca en estos momentos es evitar que esto vuelva a ocurrir y, además, reorganizar todo lo que ya está fuera y ver qué obtengo. Creo que con todo lo que "vomité", puedo hasta hacer un post....mmmmmm me parece que hoy tengo trabajito.

¡¡Cuidado que pincho!!


Hoy llevo puesto el traje de espinas. Ni siquiera sé por qué lo tengo puesto, creo que fue lo primero que cogí del armario. Con esta chaqueta la verdad es que no me siento mal del todo; al menos hasta que me percato de que la gente no se acerca a mí. ¿Por qué será? Quiero decir, sigo siendo yo, ¿no?; lo único que ha cambiado es lo que llevo puesto por encima, el traje de espinas, pero nada más...



Vale, es verdad, pincharse no es de agradecer. Quizás me la debería quitar. Además tampoco me sienta bien...¡uy, mierda! Resulta que se ha quedado pegada. Uf, pues no tengo muchas ganas de hacer el esfuerzo...mejor me lo dejo como está.



.........



Me siento solo. Nadie se ha acercado hoy. Bueno sí, una persona, pero al final salió corriendo al hospital, por una terrible hemorragia. Pero qué hago, si es que precisamente hoy no tengo la fuerza suficiente como para arrancarme la vestimenta, ya se irá aflojando.



Te veo venir. Con paso firme. Me das un poco de miedo, y mis espinas parecen crecer por momentos. Te paras ante mí. Me sueltas un guantazo, de los que doler no duelen, pero joden. Mis ojos parecen que se van a salir de sus respectivas cuencas. Mi cara es la de un desquiciado alucinando. "¡Despierta!" Me quitas el traje con toda tranquilidad y facilidad del mundo mundial. Me quedo flipándolo en colores. Se me escapa una sonrisa, al igual que a ti. Me muestras tu brazo y me sueltas:



"Enhebra, guapo", y nos vamos de aquí.

Absenta


Curiosa bebida de color naturaleza y posterior aspecto lechoso, pasando de una "fée verte" a una esencia "louchée". A momentos creo que según entra en mí, va depurando cualquier rastro de vida. Y cuando llega a su destino, un boom, que se reparte exponencialmente y que acaba impregnando a todo lo que me rodea. De una de las salpicaduras surge un pequeño conejo que me mira con incredulidad; va brotando del suelo y se va brincando hacia el rincón ensombrecido del bar. En las sombras, una pequeña luz surge del hocico de la criatura, que la mueve con energía. Una luz que se vuelve poco a poco cegadora y, con otra explosión, ésta más parecida a la de los fuegos artificiales, todo se ilumina en mil colores y una divina mujer llega de los cielos, revoloteando a mi alrededor. Beso explosivo el que me brinda, que me dispara directamente contra la pared de la calle. Postrado en ella, de mis pies brotan unos adoquines rojizos que me empiezan a marcar un camino. Evito negarme a la sugerencia, por lo que pueda pasar. Por el camino me encuentro con dos elefantes que me preguntan por la hora, "lo siento, no soy católico" le respondo. Alzan las trompas y su van por su camino. El camino de adoquines sanguinolentos se ha terminado y del suelo va efervesciendo una cama (que yo dataría de los años 50 del siglo XIX) y me va recogiendo con suavidad. ¡A volar por los cielos repletos de estrellas! Las sábanas me tapan y me dicen algo como "duerme, bonito". ¡Mmmmmmm, qué sueñito!

Abrázame

"Ven aquí" le dijo mientras extendía sus brazos, ofreciéndole un cobijo en donde siempre se sentiría segura. Y según se iba venciendo la distancia que les separaba, sus ojos se iban cerrando, como preparándose para captar toda la esencia de la energía que iba a recibir.

Sus brazos eran delgados, aniñados podríamos decir. Sin embargo, ella se sentía segura entre ellos. Nada podía pasarle mientras estuviese arropada por ellos. El mundo pasaba a su alrededor, con una velocidad distinta, y no sabía decir si era más rápido o más despacio.


"Shhhh, ya está, todo pasó, quédate tranquila"


Y, aunque parezca mentira, de sus ojos tan cerrados que ni un haz de luz podía llegar a pasar, una lágrima surgió y realizó el viaje de su vida: toda una fina mejilla, a la cual, le regaló un brillo onírico.


"¿Por qué lloras?" "De alegría"


Tras estos tres segundos de conversación, el abrazó continuó, más prolongado aún, más fuerte si cabe. Ella comprendió que, cuando el tiempo dejaba de existir a su lado, la felicidad se hacía un hueco en su corazón; y, con el fuego que siempre le acompañaba, calentaba todas las salas, haciendo que el invierno que justo acaba de pasar no tuviera más efecto sobre ella. Mientras tanto, una sonrisa se abrió paso por el pecho que la protegía.

Marioneta


MusicPlaylist
Music Playlist at MixPod.com


Y con el inicio de la música, mi brazo comienza a elevarse, poquito a poco. Mi cabeza queda embobada ante la movilidad de mis extremidades; y mis piernas, hasta ahora inertes, comienzan a bailar...Extraños hilos invisible hacen que de la nada surjan gestos, emociones y danzas. No soy dueño de lo que hago, me dejo llevar por la extraña fuerza que en principio debería estar justo encima mía, que me maneja con tan sólo dos manos y unos movimientos coordinados y suaves. Soy tu marioneta. No tengo voluntad...¿o tal vez sí? Dejo que tu extraño poder me regale la vida que me falta. Antes estaba relegado a un cajón enmohecido, cubierto de polvo...ahora, tú me otorgas la vida y los únicos hilos son los que me llevan a ti...ordenados, finos, tensos...pero divinos. Acepto que no soy más que tu muñeco, que nunca llegaré a más. Pero lo cierto es que, a pesar de todo, eso me hace feliz, porque conmigo comienzas a ser tú, a exponer tus fantasías, tus cuentos ocultos y consigo, incluso desde lo inanimado de mi ser, llegar a tus pensamientos más profundos, captar una fotografía del momento y transformar tus emociones en mis movimientos.

Warmness

La luz rompe por la ventana con visillos de una edad pasada. Me despierta de un letargo algo intranquilo. Antes de ver nada, me doy cuenta, gracias a tu calor, que mi cuerpo está enmarañado al tuyo. Por fortuna, seguimos teniendo esa sagrada incompetencia para separarnos. Te pego a mí, bien cerca. Cuando las yemas de mis dedos comienzan a degustarte, una pequeña guitarra acústica, de cálida melodía, comienza a brotar por ensoñación en mi mente. ya empiezo a sentirme despierto. Te giras con los ojos cerrados, buscando un abrazo eterno. Sigues dormida. Te miro. Sonries. Me pillaste. "Buenos dias". "Buenos dias". Una caricia por tu rostro. Un disfrute continuo. Lo que he vivido no me importa. Lo que hayas vivido no es de mi incumbencia. Tú eres lo único que quiero conocer. Vuelves a cerrar los ojos. Nuestros cuerpos comienzan a bailar. Me regalas tu espalda. Lo tomo como invitación para descubrir el sabor de tu cuello, que cada mañana varía y me envuelve en imágenes de distintos lugares del mundo: España, India, Italia, Suráfrica, Argentina...Contigo viajo sin moverme. Si tengo dudas, ya no las hay. Si tengo miedo, desaparece. Si tengo frio, tu me das tu calor. Dejo de necesitar a tu lado. Y sin darme cuenta, ya te estoy haciendo el amor. Hoy eres mia, vuelvo a sentirte y por momentos pienso y comprendo que vivamos y suframos tanto por estos sentimientos. Porque aunque me lo plantee, nunca podré deshacerme de la hermosa telaraña que cada día vas tejiendo, con delicadeza, pero firme. hoy sólo sé hacerte el amor.

DeathVon llama a tu puerta

Ding dooong

"¡Voy!"...Unos segundos más tardes, al abrir la puerta de casa, me encuentro con dos mujeres muy bien vestidas, que portan un pequeño ejemplar en sus manos sobre si "hay vida después de la muerte" y una sonrisa de manufactura psicótica. Justo en ese momento, me doy asco a mí mismo por darme cuenta de que abrí la puerta exclusivamente por el hecho de que iban arregladas (cosa que no suelo hacer cuando alguien desaliñado me pide dinero, sin ninguna excusa religiosa). Antes de que soltasen su preparado discurso, y como este show ya lo he vivido, las despacho diciendo "que no estamos interesados, gracias". Una de ellas sigue manteniendo una sonrisa que me llega a asustar (y seguro que por dentro tiene un ente que le corroe diciendo: "este cabrón no me va ni dejar hablar"). Así que, en un último esfuerzo de captar mi atención, me suelta una daga envenenada: "Pero todos hemos perdido a alguien..." Mi cara en ese momento resumía todo lo que pensaba ("¡Qué zorra!, ¡por dónde ataca!"). Sigo manteniendo una sonrisa de cortesía y le respondo: "Sí, por supuesto, pero no compartimos ideología, lo siento". Su risa sigue inmutable, acepta que no podrá hacer nada conmigo, y se van. Cierro la puerta y me pregunto: "¿Habrá vida después de la muerte?,¿nacemos de nuevo o algo?"