Realmente onírico


El cuarto está oscuro y me paseo a gatas, tanteando todo con mis manos, porque éstas son ahora mis ojos. El suelo está sucio, húmedo y pegajoso, y me quedo pegado en cada pequeño avance que logro robar. De repente, unas pequeñas velas se encienden, cuatro en total, dos a cada uno de mis lados; no me dan toda la luz necesaria, pero al menos es la suficiente como para poder usar de nuevo mis órganos visuales. Consigo erguirme, ya no necesito estar de rodillas. Comienzo a andar. Acelero, veo una luz, como una puerta al fondo, es intensa, me ciega...y quiero salir, quiero llegar hasta el otro lado, donde no hay oscuridad. Corro y corro y sigo corriendo, cada vez corro más...la distancia a la luz sigue siendo la misma, ¿cómo es posible? Miro a mis pies, hay una especie de cinta transportadora de éstas para hacer ejercicio...me bajo, lógicamente así no llegaría nunca. Comienzo a andar tranquilamente. "No hay prisa" me digo. Ahora parece que avanzo. Plas. Me paro. ¿Por qué? No puedo andas. Me he quedado pinchado en el lodazal, me esfuerzo e intento salir, pero me es imposible. Huele a mierda, pura mierda. Justo enfrente hay alguien, me resulta conocido. Alzo la mano, para que me ayude a salir. El brazo se me duerme y él sigue inmóvil, con los brazos cruzados y destornillándose. Con la frustración miro hacia arriba...¡una cuerda! Me aferro a ella. Tiro, tiro y tiro y consigo salir. Me balanceo y salgo a un lugar seguro. Comienzo a andar de nuevo. Veo la luz más cerca. Vuelvo a pararme, ya no sigo anvanzando de nuevo...¿qué pasa ahora? La cuerda...la tengo enganchada y meimpide seguir, pues por el otro extremo están anclada a no sé dónde...me pregunto: ¿llegaré algún día? ¿me tomaré tres mojitos y pagaré uno? ¿me beberé un mojito y pagaré tres?...

Desgranando secciones cerebrales: lóbulo frontal y áreas prefrontales

En principio, el lóbulo frontal está encargado de la correcta monotorización de los movimientos, lo que permite, por ejemplo, coger de diferente modo una taza o una cuchara. De hecho, en la corteza del mismo (la zona "verdaderamente" importante) podemos encontrar representado lo que se conoce como homúnculo motor en donde se representa a modo de mapa anatómico la complejidad de movimiento que presenta nuestras diferentes partes anatómicas. La mano es una de las zonas más extensas, lógico si vemos la cantidad de movimientos que con ellas hacemos, como por ejemplo, escribiendo este post. Mis manos responden por lo general bastante bien, mis pies también, sin embargo, teniendo las prácticas del coche, compruebo que la coordinación de ambas ya no es la correcta...o sea, que lo que es mi lóbulo frontal va bien, pero que la coordinación corresponde a otra sección...Justo el lóbulo frontal es el más desarrollado de todos los lóbulos en el ser humano. Alberga así las áreas prefrontales o premotoras, donde planificamos nuestra conducta, controlamos nuestras emociones, razonamos y presentamos un juicio......en fin, diría que esta sección en mí funciona con muchos períodos de vacaciones...Me resulta a veces verdaderamente complicado elaborar un juicio razonable, optar por la mejor opción o simplemente encontrar una conducta apropiada a al situación social, me cuesta encuadrarme en ciertos grupos; lo que supongo que es normal...el problema llega cuando veo que el grupo donde me siento cómodo se torna verdaderamente pequeño. Con respecto a lo del control de las emociones...jejejejeje, bueno depende de la emoción, algunas se pueden controlar bien, pero eso del amor, no puedo controlarlo, ¡básicamente porque a veces no sé ni qué es! Vamos, que lo que es el lóbulo frontal en su conjunto, me parece que no está bien definido al final...

Nocturne No. 2, Op. 9-2



La mira de soslayo. Está atenta al piano. No se equivoca. Su espalda, recta; su cabeza, ligeramente inclinada. Posa su mirada sobre el teclado, en lugar de sobre la partitura. Yo estoy sentado a su lado. Contengo la respiración. Mis oidos recogen agradecidos la melodía que de sus delicados dedos surge. Llevo dias escuchándola. Ha mejorado desde la primera clase. Ardo en deseos de que termine de tocar. Su pelo azabache recogido se revuelve sobre sí mismo, y un pequeño rizo se escapa de la prisión de goma. Cae, solo, por detrás de la ínfima oreja blanca. Frunce sus jóvenes labios, concentrada en su obra. No quiere equivocarse. Ahora siente a Chopin y ahora, más que nunca, yo la siento a ella, junto a mí, pegada. Noto el calor sabroso de una pierna firme tras el vestido. Sus pies bailan con los pedales del piano. ¡Ah, lindos pies! Suave, todo tan suave...

Te esperaba cada mañana a las 10 en punto para darte la correspondiente lección. Tus ojos, vivaces, me miraban con atención, aprendían rápido...mírate ahora. Eres una diosa tocando una obra de arte. Dudo...dejo caer mi mano sobre mi muslo. Mis dedos rozan tu pierna, buscan una señal. Te sonrojas, pero no te mueves. Sigues con tu melodía. Me levanto. Paseo pensativamente tenso, unos pasos. Me coloco justo detrás de ti. Apoyo mis manos sobre tus hombros. Respiras hondo, sin parar de tocar. El dorso de mi mano resbala por la pasión fetiche de tu cuello, y tú lo extiendes, para que no termine. Tu boca se entreabre y mis yemas acarician la comisura de tus labios. No paras, la música sigue. El puente entre tu hombro y tu cabeza me suplica ser besado, y lo hago, con deseo. Recubro de peldaños mi lindo y ansiado cuello. Muerdes tu labio y ni siquiera confundes una nota. Mis manos acarician tu espalda, intuyen el cierre del sostén tras la tela que te cubre. Y mientras mis labiso siguen saboreándote, te abrazo. Las juguetonas manos recorren las laderas de tu cuerpo. Siento tus escalofrios. Tus pechos, firmes, están calientes. Tanto añoré tocarte, tanto soñé contigo, que todo me parece como un sueño más, fuera de cualquier realidad.

Bajo poco a poco, delineando tu figura. Me arrodillo. Sigo bajando. Tus piernas se elevan y descienden suavemente, marcando el tono de la canción. Me siento como en un tiovivo...subes y bajas y subes y bajas...mi cabeza da vueltas...todo tan suave...Llegué, por fin, a tus rodillas. Emborrono con mi dedo corazón la superficie de las mismas. Y subo. Y la falda del vestido sube conmigo. Exhalas fuerte, pero pausado. El calor va subiendo parejo. Indecente muslo que me grita en silencio. Mi frente en tu espalda. Mi antebrazo en tu cadera. Mis manos en tí. Húmedo placer musical. Extasiado Chopin. No dejes de tocar, no dejes de tocar, ...no dejes de tocar.





"Palabros"

A veces, la gente piensa que por ser del mismo país se entienden bien...nada más lejos, de hecho, puede darse la situación de ser de la misma región y no comprender el sentido completo de la frase. He aquí lo que me pasa a mí, algunas veces, con mi familia o alguna vecina chismosa (de, por cierto, avanzada edad). "Palabros" que se van perdiendo y que son propios de la zona de donde vivimos. Hoy les hago un homenaje:

- Revoleao: precipitado, con enfado
- Morral: saco con alfalfa para alimentar a las bestias, dícese de una persona bruta, tosca
- Estellesa: estación de autobuses (creo que era una antigua compañía)
- Ajomargao: medio trabajado, que ya está a punto de acabarse
- Jareta: adorno de ropa
- Neguina: cuchara de palo o incluso cuerno para comer
- Harrete: vaina de las habas
- Comuelgo: lleno
- Puerne: de estado pastoso, como puré
- Jofaina: palangana
- Viergo: palo que acaba de peine para remover la paja
- (H)juergo: en la expresión "no se ve ni un juergo", no se ve nada
- Trochón: desordenado

You're my Goddess

Bendíceme con una caricia. Muy a pesar de cristianos o islámicos, hinduistas o budistas, cualquiera que sea la religióno, muy a pesar suyo, tú siempre serás mi única Diosa. No creaste el mundo, ni creaste al hombre, no eres todopoderosa ni omnipresente en lo físico, puedo tocarte y sentirte, desearte en lo más puramente mundano...y, sin embargo, mi Diosa eres. Tú me hiciste el hombre que quería ser. Los sabores de platos exquisitos no se paladean igual si no es contigo. Cambias la esencia en las cosas, para mejorarlas. Frente a mí paras el tiempo, recoges con el refinado tenedor un pedacito de solomillo y suavemente lo llevas a tu boca, roja, como la sangre que haces que me bombee el corazón. Con los ojos cerrados, saboreas cual náufrago el placer de un buen bocado. Yo te saboreo a ti mientras lo haces. Oh, mi Diosa. Hazme digno de ti. Guardo tus fotos cual reflejo de idolatría, y para mí eres el sentido de la vida, la fuerza de todo, la que me acompaña en cualquier momento tanto si está como si no. Oh, mi Diosa. Déjame amarte.

Son de nadie

"Sigo buscando mis razones para no dejar de sentir ni de amar"... Cómo puedo usar la razón para obligarme a vivir. Sería mucho más sencillo conseguir sentirme interesado por mi trabajo, aunque no me gustase, o despertar en mí el gusto por el arte y la corriente placentera de las cosas sublimes que el hombre creó. Igualmente podría infundirme el deber de aprehender a convivir y a sociabilizarme, a explotar mis habilidades culinarias o a escribir un libro. Podría encontrar mil razones para cada una de esas posibilidades, ¿pero cómo para no dejar de sentir ni de amar?...

Y un viento (frio) polar se instaló, soltó su equipaje y decidió plantarse donde había arribado. La tierra helada que era su cuerpo, el permafrost de su corazón, era ya un suelo inerte, donde los árboles que podían crecer eran no sólo escasos, sino igualmente frios e improductivos, acostumbrados a condiciones adversas...no hay posibilidades de colonizar un territorio tan áspero como aquel paraje, territorio comanche en sentimientos. Aislado, alejado en el polo, que no es Norte ni Sur, ni mucho menos Este u Oeste. Sin brújula, sin coordenadas, una densa nube e nieve cubre el paisaje.


PD: Maloles, diste en el clavo directo...

¿Edad del usuario?

Recientemente Dr Flasche escribió un post con una pregunta paradógicamente complicada por su sencillez: "¿quién es Dr Flasche?" Prácticamente en el mismo punto temporal comencé a leer "El lobo estepario" (por fin) y en el Tractac del Lobo estepario rezaba cierta filosofía oriental y la interpretación de un yo multipersonal en una única persona física. Hace unos días subí un post que partía de una canción (más bien era una canción en sí misma, justo la entrada anterior a ésta). En ella se añoran los 20 años, simil de juventud plena. Mi deseo no era tanto mostrar morriña por esa edad, sino mostrar algo que yace en todos nosotros; nostalgia bella de edades pasadas, que sin duda creímos mejores, pero que en realidad fueron distintas sin más. "Todo tiempo pasado es peor, no hay tiempo perdido peor que el perdido en añoranza" dice Jorge Drexler...El yo es un conjunto de experiencias, de todo tipo, que hacen que la interpretación sea distinta según quién y cuándo (y cómo). Internet esconde nuestra apariencia, lo usamos para ponernos una careta (aunque sea transparente), jugar a quienes no somos (o somos sin saberlo), dejando a la imaginación del receptor el rostro, las costumbres, la altura, los estudios, l@s amig@s de quien está al otro lado del cableado...Es por eso que me parece curioso hacer desde aquí una pregunta puesto que la careta me oculta, puesto que lo que se escribe puede confundir o engañar....¿Qué edad creeis que tengo, a colación del comentario que hizo Verònica? NOTA: Abstenerse de dar la edad quienes me conozcan!!!!

Hier Encore


MusicPlaylist
Music Playlist at MixPod.com



Ayer mismo tenía 20 años,
acariciaba el tiempo,
jugaba con la vida como con el amor,
vivía de noche sin pensar en los días que huían con el tiempo.

Tantos proyectos se quedaron en el aire,
tantas esperanzas que volaron.
Estoy perdido sin saber adónde ir,
los ojos puestos en el cielo,
el corazón enterrado.

.
.
.

Ignorando el pasado,
conjugando el futuro,
participaba en cualquier conversación, dando mi opinión,
criticando al mundo con desenvoltura.

Ayer mismo tenía 20 años,
pero perdí el tiempo en locuras.
No me dejaron nada muy preciso,
excepto unas arrugas y el miedo al aburrimiento.

Mis amores murieron antes de existir,
mis amigos se fueron y no volverán.
Fue culpa mía, creé el vacío a mi alrededor.

Malgasté mi vida y mis años de juventud.
De lo mejor y lo peor, tiré lo mejor.
Fijé sonrisas, desperdicié las lágrimas.

¿Dónde están ahora, ahora, mis 20 años?


PD: para los que preguntan, queda claro que ésto no es mio.

Las Candelas

Nunca suelo ir a las Candelas. Siempre o me pillaba fuera o me pillaba en exámenes. Es una tradición como otra más. Quemar los malos espíritus a través de una pantaruja ardiendo, consumiéndose en el proceso. No tiene la espectacularidad de las Fallas, tampoco me importa. Es el simple hecho de sentir el abrasador fuego cerca. Recuerdo que de pequeño me fascinaba, me quedaba mirando a cada una de esas llamas, vivas, aleatorias, sin parar, subiendo hacia lo más alto. Recuerdo jugar a mantenerme el máximo tiempo posible, sin moverme, para ver cuánto soportaba ese intenso calor, que en principio acariciaba mi piel y que después frotaba con fiereza. No sé desde cuándo la tradición juega con nosotros, ni el motivo exacto de porqué o quién la inventó. Pero me hace pensar en lo que somos, en nuestros inicios como humanos, alrededor de un fuego, "dominando la naturaleza". ¿Por qué nos sentimos vivos? ¿o sólo lo hago yo? Es el primer paso de nuestra evolución, el primer punto de evolución cultural. A partir de entonces hemos evolucionado tecnológicamente a un ritmo verrtiginoso, mucho más que la evolución biológica (a colación destacar el monográfico de la Evolución que recoge Invetigación y Ciencia en el mes de Enero). En realidad, podríamos decir que seguimos siendo los mismos que los homínidos que descubrieron (porque no comparto eso de "inventar", que ya existía) el fuego...quizás con las Candelas rememoremos esa primera etapa...no tengo ni idea, ¡pero me gusta el calorcito que nos regala! ¡Arde Almendralejo, arde!