Carta de idas y venidas

Queridos mañaneros, senescentes e insomnes:

Como es bien sabido por aquellos que algún día me siguieron por este blog, mi constancia en él fue fruto de una temporada...al menos a la vista de la producción escrita mensual. Mi vida ha dado constantes giros y, al mismo tiempo, parece haberse estancado en un denso lodazal.
Para aquellos que estén familiarizados con la información madrileña, sabrán que el colectivo de profesores está más que harto (con mucho más motivos de lo que dicen la señora Aguirre), y ha comenzado una resistencia-protesta ante lo que es un ataque directo a la Enseñanza. Yo soy parte de ese ataque, y teniendo una posición que me hubiese permitido trabajar el año pasado completo y obteniendo vacante este año (en términos normales), me he visto desplazado de la enseñanza pública madrileña, de tal modo que el curso anterior no trabajé ni un solo día y éste....veremos. El lodazal no es más que el estancamiento profesional al que me han y me he sometido (siempre tenemos parte de culpa). No obstante, aunque todo parezca montañas infranqueables o pesares y oscuridad a la vista,...no me siento mal. Simplemente siento que me falta "algo" (lo profesional) para completarme. Y esto es debido a esos giros en mi vida que mencioné antes, y que comentaré más adelante. Antes me gustaría hacer mención de algo que me preocupa: esa intención de confrontar pública con privada...como si de un partido se tratase y alguno de los dos tuviese que ser el vencedor. Nos olvidamos de la ESENCIA de la educación: la base de nuestra futura sociedad. Y la sociedad la constituyen TODOS. Tenemos que ser realistas con nuestro contexto, y la realidad es que existe privada y existe pública. No deben ser consideradas como antagonistas sino como parte integral de nuestra sociedad y favorecer a ambas, para que dispongan de los recursos necesarios para crear CIUDADANOS. Las escuelas e institutos deben ser constructores de futuro. Da igual que enseñemos a hijos de políticos, artistas, dependientes, funcionarios, transportistas o albañiles...debemos enseñarles a ser buenas personas y a estar VERDADERAMENTE FORMADAS para lo que se les viene encima. Madrid tiene mejores resultados en el informe Pisa, sí, pero eso no quiere decir que sea porque tenga mejores infraestructuras y recursos, sino más bien tiene que ver con el desarrollo de la región...y lógicamente, esta región se ha desarrollado más y antes que Extremadura o Andalucía, por ejemplo, que fueron y son en muchos casos, eminentemente agrarias. Todos deben tener las mismas oportunidades. Eso es algo que en nuestro cerebro del siglo XXI está incrustado hasta la médula, ¿no? Pero no es cierto, no todos tienen las mismas oportunidades, ni las van a tener, mucho menos de seguir así.

Pero ante la losa de la realidad anterior, hay flores que embellecen el mundo. No quiero ser deprimente, no lo pretendo, sólo constataba lo que mis ojos pueden discernir como lo más objetivo. Y dentro de la objetividad, he de decir, que no estoy tan mal. Otras "secciones de mi cerebro, de mi alma" están más que compensadas. En la actualidad vivo en Marbella (no es la ciudad de mi vida, pero se asemeja porque está en la costa). Siempre deseé vivir cerca del mar, nací cerca y me gustaría morir cerca. El agua es vida, y para mí, el mar es vida. ¿Por qué estoy viviendo aquí? La respuesta a la pregunta debería ser un "porque no estoy, estamos". Hace tiempo que comparto mi vida con la mujer que, sin duda, constituye lo que en esencia Benedetti quería decir con su "somos más que dos". No me gusta hablar en exceso de mi vida, y en las pasadas entradas, sólo he hablado de mi vida como quien dice. Por eso no voy a seguir hablando de ella, lo que no quiere decir que sea menos importante para mí, sino todo lo contrario.

Espero que todos ustedes estén contentos, vaya como les vaya la vida, estén donde estén, que sean felices y, sobre todo, que estén satisfechos, pues el deseo de mejorar es bueno, pero el hambre por serlo es devastador. Buenos días mañaneros, buenas tardes senescentes, buenas noches insomnes.

PD: no prometo volver, pero lo intentaré.