Frágil

Frágil. Mi cuerpo parece interpretar la sintonía nublada de un día apático. El corazón marca su ritmo pausado por cada sala, las neuronas le acompañan en un vals de tristeza enmohecida. Hoy no tengo coraza, no me quiero enfrentar al mundo, y me despojo de mi armadura como soldado cansado de la batalla. Hoy no me importa quedar expuesto a las flechas.

Anhelar lo que no se tiene, sufrir y hacerte daño a ti mismo.


Mírame desnudo, sin coraza, éste soy yo. No me importa mostrame, no me importa que me veas sin la cubierta con la que me protejo todos los días. No quiero acabar como "El caballero de la armadura oxidada". ¿Qué me da miedo?. No quiero perder lo que conseguí, no quiero volver a pasar por los caminos (empedregados y con puntas) que te marca la vida, no quiero parecer tonto, no quiero sentirme solo, no quiero darme cuenta de que tengo cadenas, y me las he puesto yo, no quiero que te enamores de otro, no quiero caminar por la calle con la certeza de que las caras que veo son pasajeras, no quiero llorarte de nuevo, no quiero quedar bien,...


Hoy no quiero hacer caso a mis propios consejos, hoy no me quiero escuchar; saber que, pase lo que pase, siempre estaré yo, capitán de mi barco, que soy yo quien tomará decisiones en alta mar y que soy yo quien maneja el timón hacia el horizonte sin faro.