Viento (frio) polar


Me subo el cuello de la chaqueta. El frio se mete malicioso, jugando con mi sensinilidad, por un hueco que suplica refugio. ¿POr qué no hago caso a la información del tiempo? Lo dijeron claro, "...podría bajar considerablemente la temperatura gracias a un frente frio que se acerca desde el norte de Europa...". No tengo remedio, siempre ignoro toda información que resulta de interés. Quizás sólo me preocupo de las cosas tontas, de lo que no me aporta nada...miro con recelo todo aquello que mueve masas, incluso lo que resulta de mayor atractivo general. ¿Es por eso que estoy aquí? ¿Es por eso que todo se acabó?...me aferro a mi propio cuerpo, evito que quede cualquier parte a merced del viento frio. He apagado el cigarro sólo porque no puedo cubrirme el costado con la mano con la que lo sostenía. Este en la acera de enfrente, mirándote a través del cristal. Si paso frio es porque quiero. Autoinflingirme dolor, de todo tipo, parece ser mi hobby personal. Sentir mi nariz helada y la humedad calada en los huesos me alivia de lo que mis ojos fijan con su mirada. Sonríes mientras te tomas el café. Eres feliz. Quizás ni me recuerdas. Me gusta hacerme daño. El frio es mi terapia. El gélido cuchillo de aire me apuñala una y otra vez...hasta que ya no siento más...¿qué habrá hoy en la tele? Con suerte, de camino a casa, me resbalo por la acción antiadherente del pavimento mojado, me caigo, me rompo el brazo y así no tendré que pensar en nada más que el dolor de un hueso que se clava.