Psycho

Antes de nada decir que esto es una historia, por si alguna personilla por ahi se lo cree, y que por supuesto no se corresponde con mis "intereses" jejejeje, es simple juego literario y de exploración cerebral! Siento desilusionar a aquéllos que esperasen leer otra cosa!, Bon appétit!!!Din dan din din dan...(canturrea e inspira todo el aire con una muesca de felicidad climácica) No me miren con esa cara, ustedes no entienden el porqué de todo esto. Y lo más hipócrita, es que incluso ustedes hubiesen deseado hacerlo. Ella, Nina Barlovski, se lo merecía, igual que todas las demás. Créanme, me aseguré de ello...yo no soy una de esas ratas callejeras que matan por matar, yo tengo mis objetivos. Nina Barlovski...ella era un gérmen para la humanidad,...
Todos los psiquiatras, sin excepción, me tacharán de psicópata cuando en realidad no tengo nada en contra de la sociedad, yo tengo mi propio ideal de sociedad, y creo q está en mi deber hacer todo lo posible por conseguirlo...es por un bien común....
Ahora tengo que recoger todo esto,...estas cosas no las enseñan en la universidad de Oxford, he tenido que aprenderlas yo solo.
Ellas siempre suplican y hasta parecen inocentes "por favor, por favor no nooooo" lloriquean...la primera vez sentí algo cercano a la lástima, o eso creí en un primer momento, simplemente era el nerviosismo de todo bautismo...resulta curioso, ahora soy todo un "licenciado". Con el tiempo he aprendido a jugar mis bazas, a saber cómo preparar todo para tardar el mínimo tiempo posible. El tiempo siempre es el factor decisivo, matar es fácil, lo difícil es que todo quede lo suficientemente bien como para que mañana no estén aporreando esos estúpidos "come donuts" tu puerta. Dicen que velan por nosotros...mierda, pura mierda gooooooorda. Parece ser que cuando era pequeño no velaron mucho por mí...
Ya me he asegurado, no queda nada de mí por aquí...ah perdonen, no me presenté, me llamo Mike Sandler, tengo una compañía de seguros, no se preocupen, no suelo cometer el error de matar a mis clientes, eso podría ser sospechoso no?, aunque no precisamente por la razón que podrían pensar los estúpidos polis. Intento que mi..."afición" no se acerque demasiado a lo que suelo ser el resto del día. Bla bla bla...ya me estoy enrollando...Hoy no pude hablar demasiado con mi víctima, no encontré un sitio del todo seguro. No suelo precipitarme, lo que ocurre en esta ocasión es que Nina solía tener unas costumbres que me obligaron a trasladar mi "despacho" a una zona más próxima a su "hábitat". Suelo cortarles el cuello, con lo que el método es eficaz, rápido e insonoro, al menos en parte. También las desnudo, así parecen lo que son y no como cuando llevan toda esa ropa y pintura encima, ocultándose...algo parecido a lo que yo hago durante el resto del día, pero después, me quito el maquillaje....ellas no.
Caliente sangre rojiza sale de su cuello, como una fuente que tiñe su torso en unos segundos. Sus ojos permanecen desencajados, abiertos hasta más no poder. Intenta hablar y cada vez que lo hace solo consigue ahogarse aún más en us propia sangre. Puede parecer dantesco, pero no lo es. Dura poco.
Todo recogido, mi gorro, mis guantes, la ropa, el cuchillo, las cuerdas...todo, bueno excepto el cuchillo, arderá dentro de 20 minutos en uno de esos barriles callejeros. Siempre elijo un descampado distinto, pero siempre haciendo un pequeño estudio previo, no quiero tener demasiadas sorpresas, con molestos visitantes.
Ya está todo hecho, espero verles pronto, yo mientras tanto, seguiré velando por un mundo mejor.

La chispa adecuada

Se pasea delante de mí, me da la espalda. Es su juego de seducción, sabe que está ahí, enfrente de mí, haciendo sus cosas como ignorándome, con mis ojos clavados en su espalda eterna. No pasa mucho tiempo cuando decide comprobar la efectividad de su arma femenina, y me lanza una mirada que en parte se asegura de que la miro y en parte me dice "te deseo". ¿Cuándo ha empezado este coqueteo? Creo que fue en el primer cruce de miradas. Algo despertó en mí un fuego oculto con intranquilas ráfagas de nerviosismo infantil. Fue el toque justo y candencioso de una mirada felina, fue la chispa adecuada para prender la llamarada que ahora se propaga en mí.

Se dirige al otro lado de la habitación, bamboleando sus caderas al ritmo de unas pulsaciones tranquilas, con firmes pasos de mujer poderosa. No me ha dicho nada, absolutamente nada, ¿cómo es posible que ya me tenga atrapado en una jaula de deseo?

Ella es paciente, me sonrie. Me habla sobre lo aburrido de la fiesta, que de nuevo no sé cómo lo transforma en todo un mensaje erótico. Sabe que el fuego se mantiene más, que calienta más, si es bien encendido. No tiene prisa, yo tampoco. Cada gesto, cada movimiento, y ahora sí, cada palabra están estudiadas de forma inconsciente. ¿Quién inventó este ritual? Me gusta, pero al mismo tiempo me asusta y me impacienta. Hay toda una gama de pequeños regalos sensuales en un contexto plenamente formal. La gente que me rodea se han convertido de repente en un pequeño ruido de fondo (shashahshhhshehsahhs). Todo está repleto de gente y es ella la única persona que veo. Vuelvo a preguntarme cómo lo ha conseguido. Ya da realmente igual, ya no me importa el cómo, sólo me importa saber qué se esconde tras su vestido blanco, que juega con las formas imaginarias que deja su falda larga.

Me acaricia la mano como por accidente. Después la busca sin mucho tapujo. Yo no la escondo. De hecho le facilito le sea accesible. La sonrisa y la mirada se han vuelto más directas. Me lleva con ella al centro de la sala, baila dejándose llevar por la música con una sonrisa que en pequeños flirteos tapa con su mano. Me vuelve a agarrar de mis manos empujándome a bailar con ella. En cierto modo para evitar mi ridícula manera de moverme con la música, pero también buscando la escusa perfecta para estar más cerca de ella, hago que su tirón sea mucho más efectivo de lo que seguro se imaginaba. Me acerco tanto que no puede evitar parar de bailar. El resto del mundo sigue girando. Mi mano la toma de su cuello, mi boca se funde con su boca.