La guerra de sexos

¿Es nuestro destino que no nos comprendamos los unos a los otros? Si es difícil compaginar las mentes entre personas distintas...¿cómo haremos para que dos personas distintas, que además son de sexo opuesto, puedan complementarse sin guerra de por medio? Definitivamente, nuestros cerebros son diferentes, mucho más de lo que lo son nuestros cuerpos. No tengo interés por discernir las diferencias existentes entre nosotros, pero sí remarcar que las diferencias existieron siempre y siempre seguirán existiendo.
Mueve, sin duda, gran parte de mi energía en general (puesto que el cerebro consume el 80% de ella) pensar en el sexo opuesto. Es mi debilidad y mi razón de ser...y si algo he descubierto, es que contemplar me parece precioso, pero desear...es más complicado. La atracción me la rescatan las miradas, la complicidad, pero sobre todo...lo difícil. Me atrae lo difícil, y así me va...

Es como pedirse algo que ya tiene azúcar, mucha azúcar...lo que equivaldría en este símil a una relación sin más, que es complicada de por sí...y luego voy yo y pido que me pasen el azúcar, porque me gusta más. Mis papilas gustativas se sacian con el primer bocado, lo absorbo con un deleite indescriptible...pero claro...es demasiada azúcar...¿cómo llevarlo todo por buen puerto? Direis, "rebájalo con agua"...interesante respuesta, pero no sé hacerlo, de dónde tengo que sacar el agua. Si en algún momento, alguno de vosotros, llega a comprender la esencia del otro sexo, le pido que me lo explique.

Es divertido jugar a la presa y el cazador, el flirteo, necesario diría yo...pero, ¿en qué momento, el juego pasa a ser algo real? ¿De verdad pueden cazador y presa convivir juntos? Bueno, espero que sí. Me gustaría entender lo que ocurre en las mentes femeninas, pero es que, si me paro a pensar, también me gustaría saber lo que pasa en mi mente...

Al final, creo que lo único que queda es saber amar, a pesar de los pesares, a pesar de todas las diosas de ébano o marfil que andan por la calle, a pesar de la incompatibilidad en muchos aspectos cotidianos o a pesar de no comprender por qué se comportan de una manera u otra...Pero claro, para eso hay que ser adultos, y ¿cómo podemos ser adultos en la época en la que vivimos, donde madurar significa trabajar pero no crecimiento personal?


Por favor, si teneis aunque sea alguna sugerencia a las preguntas que se lanzan, serán bien recibidas.