Gotas de alma

No sé cómo empezar este post, porque siempre cuesta empezar sin más. Pero además, en esta ocasión, resulta el doble de complicado porque el tema a tratar es sistemáticamente evitado por la sociedad occidental, en la que por supuesto me incluyo. He estado en varios funerales católicos, y todos, absolutamente todos me parecieron iguales. La única diferencia: el nombre de la persona fallecida que aparecía de cuando en cuando para saber a quién vamos a enterrar. Todo tan esquemático, tan marcado, con tantas referencias a Dios Todopoderoso, tan meticulosamente medido en tiempos, gestos, ofrendas,...un mar de cabezas indiferentes al sufrir de la familia comentan lo caro que están los pisos, la calor que hace dentro de la iglesia o la de tiempo que hace que no veían a Menganito...mientras, una lágrima que brota de un manantial que se vacía y que se llama alma, recorre una cara atormentada, que refleja lo frágiles que somos y que escupe tristeza en sí misma; una cara marcada por el lento paso del tiempo, y cuya expresión no puede más que hacerte saber que no puedes hacer nada...NADA. Vacío...
Siempre me pregunto por qué pasar por la tortura de estar en el altar y recibir miles de caras que te dicen un, más que borrado en significado, "le acompaño en el sentimiento"...por qué no reventar a llorar sin más, sin que tengas que guardar la compostura ni estar sujeto a lo que marca el cura, o la tradición...
Por supuesto, el mero acto sirve de consuelo para muchos, y lo respeto. Pero el dia de mi muerte, cuando llegue, y espero que sea lo suficiente tarde como para seguir aprendiendo, no quiero un funeral, no quiero caras falsas que no acompañan en el sentimiento (en todo su sentido), no quiero vivir un falso funeral sin más (porque para mí estaría lleno de falsedad)...Quiero que la gente que llegó a compartir una vida conmigo (o parte de ella), se reúna, beba y llore o ria, lo que quiera, sólo una noche para ellos, para que todos aquellos pedazos de mi ser que anda repartidos por distintos corazones, se vuelvan a unir...tan sólo esa noche, para que el manantial no se seque, para que siga teniendo agua por siempre...será entonces cuando crea que mi funeral es el perfecto...sólo nos queda el recuerdo (y con la edad ni eso), dediquemos una noche, sólo una para recordar todos juntos, los que conocieron a la persona, de verdad, no de vista ni por ser primo de, ni hijo de, ....me gustaría, mientras se resbala una lágrima de ese manantial nuevamente llenado, que mi vida se reconstruyese con las personas que estén ahí.
Ahora me voy quedando sin palabras, aunque en mi cabeza tengo tanto que decir, simplemente no puedo. Quizás sea el miedo a analizar la muerte, quizás simplemente sea parco en palabras, quizás simplemente me estoy quedando vacío. Igualmente de difícil es empezar como acabar, y no sé cómo hacerlo. Así que simplemente, de nuevo, lo hago.
PD: In Memoriam de Ángel