Zarzamora

Hoy me desperté enredado en el mar de tus pelos rizados. Bendita red que me atrapa a escondidas durante el sueño. ¿Son tus deseos los pescadores que se lanzan al mar gobernado por Morfeo cuando aún Lorenzo no se decidió a levantarse? Tus finos cabellos se lanzan hacia mí como lo hace una zarzamora, inspirada por una secreta conducta ya establecida, creciendo, creciendo, creciendo, abrazando todo aquello que se cruce por su camino...pero este entramado es mucho más sensible, juega a hacer cosquillas. Las travesuras de un pelo revuelto son las que han hecho que me despierte, pero es su olor que me enamora. Me siento embriagado y no dejo de aspirar tu invisible perfume que emana de un lugar mucho más profundo del que mis ojos llegan a contemplar.
La red se vuelve sumisa, y deja que mis dedos se entrelacen con sus ramas. Los rayos del sol que entran por la ventana abierta de par en par, quieren jugar también, pero ellos lo hacen a través de una gama indescriptible de colores, brillos, purezas...Ahora, es tu pelo el principal protagonista del universo, todo se ha parado por ti...ni siquiera el cuerpo de porcelana que queda enterrado bajo él es hoy motivo de mi atención.

La tentación tiene forma rizada, larga, brillante,...tu pelo es en este segundo del tiempo, toda mi razón de ser.

Destroy Evilness Embrace Happiness

Nacemos puros, limpios, desnudos ante la sociedad que en un primer momento ya nos golpea para que nos demos cuenta de que ya no estamos en el entorno cálido, silencioso y confortable del útero materno, sino en un mundo que puede llegar a ser hostil. Esa palmadita que nos hace llorar no es más que una llamada de atención, un "despierta".
Durante mucho tiempo, me convencía de que la gente es buena por naturaleza. Aún hoy, a pesar de todo, sigo creyéndelo. Son muchos los factores que acaban modelando nuestro ser, aunque me oponga a gran parte de mis compañeros y me niege a aceptar la rotundidad de la genética. Es el contexto el que modifica. Si bien es verdad, aún así podemos elegir. Pero que elijamos una cosa u otra, ¿es en función de la genética o de lo que hemos aprendido en nuestro desarrollo? Muy claro se dejó en El Señor de las Moscas, que los jóvenes por sí solos tienden a ser agresivos e impera la ley del más fuerte; pero también es cierto que no hay nada como un niño pequeño para constatar lo empáticos que son cuando ven a un semejante llorar, por ejemplo.

En base a mi creencia he defendido en miles de ocasiones en que hay q ue comprender el por qué de las cosas. Sin embargo, aquella persona que actúe de mala voluntad, aunque en el fondo sea buena persona, por cualquier motivo que se tenga, habrá actuado de mala voluntad y eso no se puede aceptar. No podemos aceptar que la gente sea mala, sin más, porque tengan sus motivos.

Tampoco necesitamos encerrarlos de por vida, porque siguen siendo humanos a pesar de todo. Algo falla, queremos perdonar pero no podemos, podemos perdonar pero no queremos.

La duda podrá existir eternamente, las sociedades girarán hacia una doctrina de castigo o una doctrina de reinserción, pero seguramente ambas fallen. Porque en esta sociedad queremos conseguir cosas, rápido, invertir y ganar ya..."Vísteme despacio que tengo prisa" Para construir una sociedad todos sus integrantes deben ser partícipes. No estaría de más reconsiderar qué valores estamos enseñando (capitalismo, competencia, revanchas, patriotismos, sexismo...). Una máxima debería gobernar el mundo, hasta tal punto que la primera parte de la setencia que resumiría la idea llegase a desaparecer entre la mente humana:
"Destroy Evilness Embrace happiness"

Tarde de café y jazz

El café estaba en el punto concreto de gente que resultaba agradable para el cliente, pero escaso para el propietario. Fue sin más, por ir, para pensar, para dedicarse una tarde para sí solo. Se quería regalar un café, un poco de música. Nunca antes lo había hecho, incluso le parecía extraño que las personas saliesen a tomar algo solas. Pero esta vez se decidió. Mirando absorto a la pantalla de luz blanquecina que le ofrecía su portátil, se dijo así mismo: "Ale, venga, date un poco de vida y sal a tomar algo".

El café, traído directamente de Brasil, conservaba un aroma fuerte, natural, tostado, que le regalaba cierto gusto amargo, y que en lugar de molestarle le confería una inquientante alegría. Conforme se iba acabando, la bebida caliente dejaba un dibujo subrealista en las paredes de la taza, y todo a base de una espuma residual que en seguida se secaba en el blanco de la porcelana. Jugaba a descifrar figuras en ella y a retirarla con la cuchara. Le gustaba sentir el peso de la taza llena sobre su dedo índice cuando la alzaba para dar un sorbo. Un sorbo que era pausado, suave y sin necesidad, simplemente deleite de la esencia. Por unos segundos sus labios adquirían el papel de receptor del sabor de Sudamérica, y mientras tanto pensaba en las lozanas mujeres que debían pasear por las playas del caluroso país, o aquéllas que deberían estar recogiendo el café. Cuerpos esbeltos, fuertes, bellos y tostados; iguales que el café.


Como ruido de fondo en sus pensamientos estaba el pequeño ronroneo de esa insuficiente clientela de la cafetería. Pero ésta prácticamente pasaba desapercibida porque, desde unos altavoces que no podía localizar, sonaba "But Not For Me" de Chet Baker. Entonces sus neuronas se agruparon de dos en dos y comenzaron a bailar la dulce melodía que de esa dulce voz de jazz salía. Dejaron de trabajar y se miraban entrelazadas, como debía ser, meciéndose por todo el cerebro. La cara de felicidad era ahora patente. En el fondo del café colgaba un cuadro de una mujer en blanco y negro, con los labios marcadamente en rojo, estaba tumbada boca arriba y con la cabeza mirando hacia el frente de la tela. Trayéndolo de vuelta al café y apartando su embobada cara de la pintura, con un suave giro de la cabeza ayudado por una melodiosa mano, Helen Humes y su "I Sing The Blues" empezó a enseñarle una de las lecciones que jamás volvería a olvidar: "No podrás evitar volver a una tarde de placer a través de una taza de café acompañado por un sinfín de discos de jazz"

Y otra guerra más: Ossetia (Georgia-Rusia)

EL DERROTADO

Atrás quedaron los escombros:

humeantes pedazos de tu casa,

veranos incendiados, sangre seca

sobre la que se ceba -último buitre-

el viento.

Tú emprendes viaje hacia adelante, hacia

el tiempo bien llamado porvenir.

Porque ninguna tierra

posees,

porque ninguna patria

es ni será jamás la tuya,

porque en ningún país

puede arraigar tu corazón deshabitado.

Nunca -y es tan sencillo-

podrás abrir una cancela

y decir, nada más: "buen día,

madre".

Aunque efectivamente el día sea bueno,

haya trigo en las eras

y los árboles

extiendan hacia ti sus fatigadas

ramas, ofreciéndote

frutos o sombra para que descanses.

Ángel González

Sin esperanza, con convencimiento (1961)


Vente de viaje!!!

Despójate del pesado ropaje de la rutina y de las cadenas de la ciudad en la que vives, que poco a poco te va oxidando, como a esa pequeña lata de conserva dejada a la acción del tiempo, olvidada en un corral que huele a geosmina en los dias de lluvia. Vente conmigo. Vámonos de viaje.


Nuestro destino: la carretera; nuestro objetivo: descubrirnos a nosotros mismos descubriendo el mundo; el método: haciendo que nuestros ojos maduren con el pase de una película que vamos grabando según vayamos recorriendo; el escenario: un paisaje cambiante que vuela a tu lado a través del cristal del coche; materiales: nosotros, la carretera, un medio de locomoción, un cuaderno de notas (donde las impresiones que se instalan en nuestra pequeña cabeza quedan recogidas para que no las volvamos a olvidar)...


Vente conmigo. Vámonos de viaje. Con cada km que dejamos atrás ganamos un poco más de nosotros, cada cartel anunciando una nueva ciudad nos sumerge en un mar de sentimientos indescriptibles que te llegan sin decir nada, que se meten en tu piel y que hacen que quieras volver a pasar por esas ciudades, volver a viajar, volver a redescubrirte. Cuando el cartel con el nombre de la ciudad tachado en un rojo prohibitivo aparece de nuevo, no nos deprimimos, porque sabemos que la carretera nos regalará otra ciudad nueva.


Vente conmigo. Vámonos de viaje. Además de ti, con nosotros vienen, Sidonie, La Secta, Deluxe, Los Piratas, Zucco 103, Buika, Camille, El Tio Calambres, The Gossip, G-5, Muchachito, Kaiser Chiefs, Rinôcerôçe, Zia, Arctic Monkeys, Asa, The Bravery, The Strokes, Jet,...


Recolectemos miles de millones de fotografías con sonido, imágenes cargadas de vida, todas en nuestro pequeña tarjeta de x Gb de nuestro hipocampo...corramos desnudos, bebamos al atardecer, pies que salen por la ventanilla, cantando todos juntos con sonrisas enormes en un trayecto vacío, horizontes dignos de ser vencidos, juegos, caras, un niño que corre con un polo en su mano, las parejas enamoradas, sabiduría de pueblo, paz, guerra, la guantera, el olor a pinos, aire, gritando al borde de un precipicio,...


Anda, vente conmigo y vámonos de viaje.

Gotas de alma

No sé cómo empezar este post, porque siempre cuesta empezar sin más. Pero además, en esta ocasión, resulta el doble de complicado porque el tema a tratar es sistemáticamente evitado por la sociedad occidental, en la que por supuesto me incluyo. He estado en varios funerales católicos, y todos, absolutamente todos me parecieron iguales. La única diferencia: el nombre de la persona fallecida que aparecía de cuando en cuando para saber a quién vamos a enterrar. Todo tan esquemático, tan marcado, con tantas referencias a Dios Todopoderoso, tan meticulosamente medido en tiempos, gestos, ofrendas,...un mar de cabezas indiferentes al sufrir de la familia comentan lo caro que están los pisos, la calor que hace dentro de la iglesia o la de tiempo que hace que no veían a Menganito...mientras, una lágrima que brota de un manantial que se vacía y que se llama alma, recorre una cara atormentada, que refleja lo frágiles que somos y que escupe tristeza en sí misma; una cara marcada por el lento paso del tiempo, y cuya expresión no puede más que hacerte saber que no puedes hacer nada...NADA. Vacío...
Siempre me pregunto por qué pasar por la tortura de estar en el altar y recibir miles de caras que te dicen un, más que borrado en significado, "le acompaño en el sentimiento"...por qué no reventar a llorar sin más, sin que tengas que guardar la compostura ni estar sujeto a lo que marca el cura, o la tradición...
Por supuesto, el mero acto sirve de consuelo para muchos, y lo respeto. Pero el dia de mi muerte, cuando llegue, y espero que sea lo suficiente tarde como para seguir aprendiendo, no quiero un funeral, no quiero caras falsas que no acompañan en el sentimiento (en todo su sentido), no quiero vivir un falso funeral sin más (porque para mí estaría lleno de falsedad)...Quiero que la gente que llegó a compartir una vida conmigo (o parte de ella), se reúna, beba y llore o ria, lo que quiera, sólo una noche para ellos, para que todos aquellos pedazos de mi ser que anda repartidos por distintos corazones, se vuelvan a unir...tan sólo esa noche, para que el manantial no se seque, para que siga teniendo agua por siempre...será entonces cuando crea que mi funeral es el perfecto...sólo nos queda el recuerdo (y con la edad ni eso), dediquemos una noche, sólo una para recordar todos juntos, los que conocieron a la persona, de verdad, no de vista ni por ser primo de, ni hijo de, ....me gustaría, mientras se resbala una lágrima de ese manantial nuevamente llenado, que mi vida se reconstruyese con las personas que estén ahí.
Ahora me voy quedando sin palabras, aunque en mi cabeza tengo tanto que decir, simplemente no puedo. Quizás sea el miedo a analizar la muerte, quizás simplemente sea parco en palabras, quizás simplemente me estoy quedando vacío. Igualmente de difícil es empezar como acabar, y no sé cómo hacerlo. Así que simplemente, de nuevo, lo hago.
PD: In Memoriam de Ángel