Pasajes de vida y muerte

Comenzó el verano, no sé si os disteis cuenta. He estado haciendo muchas cositas y al final ha resultado ser que he estado más ocupado sin trabajar que trabajando...curioso cuanto menos. He querido escribir unas cuantas veces, pero siempre me quedo un poco en blanco...será el sol que me está atontando. En cualquier caso, estuve pensando un poco y no sé si se refleja en mis posts que lo que me marca realmente es el juego entre la vida y la muerte. No busco una explicación al por qué vivir o morir, pero sí me gusta recordar que moriremos, sea cual sea el resultado posterior, y que la vida merece la pena saborearla con tranquilidad, sin engullir, poquito a poco. Me ha despertado de mi letargo literario un hecho triste, como casi siempre. Un conocido tiene cáncer de pulmón, y si antes era todo fortaleza a pesar de su edad, ahora la voz le sale marcando un hilo fino, resquebradizo en sus labios. Hablar con una persona que sabe cuál va a ser su destino, que sólo es tiempo y nada más...impacta. Adoré la filosofía oriental por la sencilla razón de que ellos se enfrentan a la muerte sin huir de ella. Yo quiero aprender, quizás no drásticamente, pero sí quiero enfretarme a la muerte y no salir corriendo. Eso te hace ver que al final somos todos iguales, no hay nadie que se libre de ella (ni por muy Dios que se le considere...o ídolo de masas). Quiero amar a la vida. Por eso, a parte de hacer referencia al Post (con mayúscula) de Ash, al que os remito si sabeis inglés, quiero destacar pequeñas pasiones:


- Leer, maravilloso, encontrarte con un libro bueno es bañarte en placer, como el primer amor, lo coges y no puedes soltarlo, es pura dependencia por saber qué pasa, por dejarte llevar por el mar de letras.

- Amor, en todos sus sentidos, desde el amor a un padre, a un amigo, a la pareja, el amor convertido en sexo, el amor convertido en cariño, el amor por las cosas, amor amor amor amor es la única palabra que debería guiar el mundo, sin rencores ni odios, sólo amor, en esencia, por lo que sea.

- Música, algo tan ancestral, tanto como el lenguaje, no puede ser más que algo divino, dejarse llevar por la melodía, música que marca tu vida, tu banda sonora, música que define a la perfección lo que sientes, lo que has vivido, lo que te tocará vivir, música para liberarte, siempre música.

- Cocina, quien descubre el amor a la cocina descubre la felicidad de dar, alimentar es el cénit de la generosidad, dedico tiempo, comida, para el resto de personas, lógicamente para mí también, pero la satisfacción viene a saber que estás regalando el placer de comer. (a propósito de esto, escribiré mi próximo post).

- Fotografía, nunca fui buen fotógrafo, pero me gusta la idea de captar momentos, pequeños detalles de la vida, que muchas veces pasan desapercibidos...instantes, instantáneas, visiones, vida.

Podría pasarme así horas escribiendo, hay muchas más, pero estas son las que primero me vinieron a la cabeza. Educar, convivir, pintar, jugar, saborear el mar,...miles de cosas que están ahí, que nos regala la vida, para que podamos saber que todo, tenga o no un sentido, no es más que un festín de placeres a nuestra entera disposición. Sólo tenemos que abrir los ojos de una vez por todas.