La camarera de mis labios

Cuando todo parecía haber acabado, cuando mi copa de hielos juguetones era mi única compañía de este bar, apareciste de nuevo: mi camarera de labios exultantes, de vuelta al bar con lámparas de piel. Mi corazón estaba a punto de explotar, me sentí bloqueado por la figura de detrás de la barra que ya casi había olvidado. A todo esto le siguió una alegría deprimente. Eres mi felicidad. Vuelvo a tenerte en unos sueños olvidados, prohibidos.

Limpias la mesa en frente de mí. Tu cuerpo, agachado, simplemente me llama a voces. Un mechón de pelo cae sobre tu cara. Tu brazo perfecto recorre enérgico la superficie de cristal. Dejas al descubierto un escote inocente que muestra lo más bello de unos senos de dulce piel. Me pregunto qué no daría yo por poder desnudarte y descubrir lo que tu ropa esconde.

Recoges y con toda ligereza vuelves detrás de la barra, donde te sientes más segura. "Bésame" quisiera gritarte. Quisiera que me hicieras caso, que me sonrieses, que me sujetases la cabeza con tus divinas manos, con dulzura, me mirases unos segundos y me besases con toda esa fuerza que rebosas.

Me imagino tumbarte en la barra, besarte la tripa que tu top dejó al descubierto, el pircing que decora tu ombligo es mi juguete, el sobresalto de las caderas me inunda de pasión, de más deseo. Desnuda, te moldeo, remarco tus curvas, perfilo los detalles, me adentro en ti. Te dejas hacer, me dejas besarte. Me abrazas tumbada, me muerdes la oreja. "Te deseo", me susurras mientras cierro los ojos...Abro los ojos, todo está abarrotado. Tú me miras sonriente esperando una contestación.

- Que qué quieres, astronauta
- ...(a ti) una caña, "plis"... (y si puedes, de aperitivo...la camarera)

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