
"Quédate conmigo, no te vayas", frases que retumban de nuevo en mi cabeza, una y otra vez, rebotando de un lado a otro entre las paredes de mi cráneo. Constantemente me alejo mentalmente de lo que me rodea, para poder visitarte. Recurro a mis dedos, al aroma de tu piel impregnado en ellos.
Tras unos minutos, vuelvo con oxígeno nuevo a la atmósfera que me rodea cuando tú no estás y de la que tantas veces huyo para volver a ti. Retomo lo que estaba haciendo, justo antes de aspirar parte de tu alma, de tu aire, y vuelvo así a sumergirme en la realidad en la que vivo. Tu esencia penetra en mi, a través de los sentidos; pero te saboreo en mi incosciente, con los ojos cerrados, con los sentidos apagados, para que no se me escape nada de ti, para llenarme de nuevo, para volver a ti...
No hay comentarios:
Publicar un comentario