"Sigo buscando mis razones para no dejar de sentir ni de amar"... Cómo puedo usar la razón para obligarme a vivir. Sería mucho más sencillo conseguir sentirme interesado por mi trabajo, aunque no me gustase, o despertar en mí el gusto por el arte y la corriente placentera de las cosas sublimes que el hombre creó. Igualmente podría infundirme el deber de aprehender a convivir y a sociabilizarme, a explotar mis habilidades culinarias o a escribir un libro. Podría encontrar mil razones para cada una de esas posibilidades, ¿pero cómo para no dejar de sentir ni de amar?...
Y un viento (frio) polar se instaló, soltó su equipaje y decidió plantarse donde había arribado. La tierra helada que era su cuerpo, el permafrost de su corazón, era ya un suelo inerte, donde los árboles que podían crecer eran no sólo escasos, sino igualmente frios e improductivos, acostumbrados a condiciones adversas...no hay posibilidades de colonizar un territorio tan áspero como aquel paraje, territorio comanche en sentimientos. Aislado, alejado en el polo, que no es Norte ni Sur, ni mucho menos Este u Oeste. Sin brújula, sin coordenadas, una densa nube e nieve cubre el paisaje.
Y un viento (frio) polar se instaló, soltó su equipaje y decidió plantarse donde había arribado. La tierra helada que era su cuerpo, el permafrost de su corazón, era ya un suelo inerte, donde los árboles que podían crecer eran no sólo escasos, sino igualmente frios e improductivos, acostumbrados a condiciones adversas...no hay posibilidades de colonizar un territorio tan áspero como aquel paraje, territorio comanche en sentimientos. Aislado, alejado en el polo, que no es Norte ni Sur, ni mucho menos Este u Oeste. Sin brújula, sin coordenadas, una densa nube e nieve cubre el paisaje.
PD: Maloles, diste en el clavo directo...