Ding dooong
"¡Voy!"...Unos segundos más tardes, al abrir la puerta de casa, me encuentro con dos mujeres muy bien vestidas, que portan un pequeño ejemplar en sus manos sobre si "hay vida después de la muerte" y una sonrisa de manufactura psicótica. Justo en ese momento, me doy asco a mí mismo por darme cuenta de que abrí la puerta exclusivamente por el hecho de que iban arregladas (cosa que no suelo hacer cuando alguien desaliñado me pide dinero, sin ninguna excusa religiosa). Antes de que soltasen su preparado discurso, y como este show ya lo he vivido, las despacho diciendo "que no estamos interesados, gracias". Una de ellas sigue manteniendo una sonrisa que me llega a asustar (y seguro que por dentro tiene un ente que le corroe diciendo: "este cabrón no me va ni dejar hablar"). Así que, en un último esfuerzo de captar mi atención, me suelta una daga envenenada: "Pero todos hemos perdido a alguien..." Mi cara en ese momento resumía todo lo que pensaba ("¡Qué zorra!, ¡por dónde ataca!"). Sigo manteniendo una sonrisa de cortesía y le respondo: "Sí, por supuesto, pero no compartimos ideología, lo siento". Su risa sigue inmutable, acepta que no podrá hacer nada conmigo, y se van. Cierro la puerta y me pregunto: "¿Habrá vida después de la muerte?,¿nacemos de nuevo o algo?"
"¡Voy!"...Unos segundos más tardes, al abrir la puerta de casa, me encuentro con dos mujeres muy bien vestidas, que portan un pequeño ejemplar en sus manos sobre si "hay vida después de la muerte" y una sonrisa de manufactura psicótica. Justo en ese momento, me doy asco a mí mismo por darme cuenta de que abrí la puerta exclusivamente por el hecho de que iban arregladas (cosa que no suelo hacer cuando alguien desaliñado me pide dinero, sin ninguna excusa religiosa). Antes de que soltasen su preparado discurso, y como este show ya lo he vivido, las despacho diciendo "que no estamos interesados, gracias". Una de ellas sigue manteniendo una sonrisa que me llega a asustar (y seguro que por dentro tiene un ente que le corroe diciendo: "este cabrón no me va ni dejar hablar"). Así que, en un último esfuerzo de captar mi atención, me suelta una daga envenenada: "Pero todos hemos perdido a alguien..." Mi cara en ese momento resumía todo lo que pensaba ("¡Qué zorra!, ¡por dónde ataca!"). Sigo manteniendo una sonrisa de cortesía y le respondo: "Sí, por supuesto, pero no compartimos ideología, lo siento". Su risa sigue inmutable, acepta que no podrá hacer nada conmigo, y se van. Cierro la puerta y me pregunto: "¿Habrá vida después de la muerte?,¿nacemos de nuevo o algo?"
1 comentario:
a mi me ha pasado pero por la calle. no se si era 1999 o el 2000, el caso es que para "algunas mentes aborregadas" se acercaba el apocalipsis y te paraban en la calle con su librito de salvacion, para advertirte del fin del mundo.
increible pero cierto.
en fin.
gracias por linkar al Diario.
saludos
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